Algo ha llovido ya desde nuestra visita a Bentley's, tanto que ya han abierto dos locales más. Es por ese motivo que, tras aguantar las reacciones, no del todo educadas y de dudosa procedencia, que supuso nuestro post, nos hemos animado a visitarlo de nuevo, más que nada por ver si estábamos equivocados en nuestra primera impresión. Para tal "acontecimiento", decicimos acercarnos a su segunda ubicación, situada en la céntrica Calle Preciados, donde predominan los viajeros de ultramar y verdaderos amantes de las hamburguesas. Pero nuestra sorpresa empezó cuando, al entrar, vimos que ese público brillaba por su ausencia, es más, el local estaba prácticamente vacío.
Siguiendo con la línea de su predecesor, nos encontramos en un espacio elegante, con papel pintado que simula una librería (que ya empezamos a ver en demasiados sitios) y con una mesas bien cuquis, aunque con muy poco separación entre ellas. Tanto es así, que nuestros "vecinos", aparte de escandalosos, siempre que tenían que acomodarse, nos chocaban, algo no muy agradable.
En cuanto a la carta, encontramos algunos cambios, aunque siempre manteniendo la esencia del principio. Desde sus famosos aros de cebolla, hasta hamburguesas con diferentes tamaños, que pueden pasar los dos kilos y que no solo supondrán un atracón a nuestro estómago, sino también a nuestra cartera. El tema de precios anda dentro de la media, aunque encontramos por ahí mejores opciones, al menos en cuestión de relación tamaño-precio. Pero lo que nos llamó poderosamente la atención fue una burger de 25€, sencilla y por la que todavía nos estamos preguntando.
Como en la anterior visita cayeron unos aros de cebolla, esta vez no podía ser menos, así que nos lanzamos a por ellos, después de escuchar que habían cambiado la fórmula que tan poco nos gustó. En esta ocasión, quisimos ver algún rayo de esperanza, con un corte muy fino, pero con un punto de sal que se llega a hacer desagradable y que nos trastocó el gusto de todo lo que vino a continuación. Además, casi en todo momento, nos dio la sensación de estar comiendo sólo harina y por mucho que lo intentamos, no encontramos el sabor de la cebolla.
Y llegó el turno de las hamburguesas, decantándonos por la de setas, que pintaba muy bien en la carta y la Monster. La primera, de 200 gramos y con los hongos que le dan nombre, nos pareció bastante decente, con una carne muy bien picada y de buena textura, aunque con un sabor entre lo agrio y el chorizo (sí, nosotros tampoco nos lo explicamos), que nos hizo sospechar de su frescura. Al margen de este problema, estamos ante un plato equilibrado y con potencial, que hace que nos ilusionemos y que pensemos que, aquí, las cosas se pueden hacer muy bien. Las setas están a la altura y el queso bien fundido, aunque la impresión general del plato queda un poco ensombrecida.
Por otro lado tenemos la Monster Burger, cuyo nombre pensamos que se lo debe a su imagen más que a su tamaño. También de 200 gramos, el primer problema que le vemos es que lleva una hoja de lechuga ¡encima de todos los ingredientes! Si este detalle ya es como para echarse a temblar, si os decimos que lleva un huevo frito ya os podéis imaginar nuestra cara. En esta opción, la carne estaba mejor, aunque seguía faltando algo de sabor. Más sencilla que la anterior, se deja disfrutar, a pesar de echar de menos a su protagonista en cada bocado.
La parte positiva es el punto de cocinado de la carnaza, justo como lo habíamos pedido. Aquí sí que nos tenemos que quitar el sombrero. Una lástima que algo que pueda potenciar el sabor, acabe siendo lo que aumenta la desazón y preocupación por el estado del ingrediente principal.
En cuanto al pan, aunque nos pareció pequeño, nos encantó. Sospechamos que es de Viena La Baguette, siempre una garantía de éxito. Muy bien tostado, fresco y delicioso. No entendemos cómo se puede tener tanta calidad en la teoría y estropear con ciertas cosas una experiencia general.
Por supuesto, las burgers vienen acompañadas de patatas, de estilo casero y cortadas a medio camino entre el gajo y el bastón. Quizás lo mejor del plato, para nosotros y lo que nos dejó más contentos. Ideales para remojar con alguna salsa. También como guarnición tenemos un cuenquito de ensalada de col o mejor dicho, una interpretación de la misma, ya que es de un prominente sabor dulce y con unos tropezones de esos que mejor no piensas su procedencia.
En definitiva, en esta nueva tentativa, vemos que Bentley's sigue teniendo algunas cosas que no nos gustan, aunque han subido la calidad y se denota cierta preocupación por hacer las cosas bien. Con un local estupendo (salvo por esas mesas tan juntas( y maravillosamente situado y un servicio que se pasa de agobiante, el cual nos metía prisa para pedir, aún estando todas las mesas vacías, es una lástima que detalles tan importantes como el estado de la carne se pase por alto. Salimos de aquí con unos precios adecuados, que se van volviendo desproporcionados según aumenta el peso de las hamburguesas y una sensación agridulce. ¿Tendremos que darles otros dos años para ver si nos enamoran?
PRECIO DESGLOSADO DE LA VISITA
2 BOTELLAS DE AGUA: 3.6 €
1 AROS DE CEBOLLA: 7 €
1 HAMBURGUESA DE SETAS (200 GR.): 10.6 €
1 BURGER MONSTER: 10.6 €
TOTAL: 31.8 €
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