A rey muerto, rey puesto. Así podríamos resumir nuestros paseos por la parte de la Calle López de Hoyos, que limita con María de Molina, donde, dicho sea de paso, estamos asistiendo a una auténtica explosión gastronómica, con la apertura de restaurantes donde disfrutar de todo tipo de cocina. Lo del dicho viene por la desaparición de nuestro querido Buns, pero oye, no pasa nada y justo al lado encontramos un nuevo jugador, Bestia Kitchen & Bar, que ofrece un local amplio, muy bien decorado y con un servicio simpático que nos acompañarán en todo momento.
Todo lo que nos rodea aquí es muy cómodo y rezuma buen gusto. Incluso la carta, sencilla, toca un poco de todo en lo que a opciones se refiere, por lo que podremos tener contento a un grupo indeciso. Desde nachos, hasta pizzas, hamburguesas (¡cómo no!), bocadillos, etc., aquí no nos podremos quejar de variedad y encima, a unos precios muy, muy aceptables que se quedan en algo de risa si tenemos en cuenta la zona en la que nos encontramos.
Con una carta de influencias mexicanas tan claras, no pudimos evitar comenzar por una ración de nachos bastante generosa, donde las tortillas chips no son las clásicas y se acercan un poquito más al concepto original, bañadas en un queso líquido (que no fundido) que no nos acabó de convencer, pico de gallo y los habituales guacamole y crema agria, de los que sólo podemos decir que estaban decentes. Todo ello secundado por muchos jalapeños encurtidos, para las gargantas más resistentes.
Antes poder terminar todo el platazo, llegó nuestra burger, concretamente la Bestia, una versión que utilizaron para participar en una ruta de una mayonesa famosa o algo así (no tenemos mucha constancia este año). Compuesta por carne bien cocinada y picada, crujiente de queso y bacon muy bien tostado. En términos generales, nos pareció un plato aceptable, aunque se quedó un poco coja y le pediríamos más presencia a los ingredientes para que fuese una auténtica bomba.
Mención especial tiene la salsa Bestia, con un toque picante que, a algunos, se les puede hacer un poco sufrido, pero que a nosotros nos encantó y que contrasta bastante bien con la cebolla caramelizada. La carne, como decimos está bien picada, quizás un punto más gruesa de lo que estamos acostumbrados y eso hará que se inicie un intenso debate sobre la mesa. El cocinado quizás estaba algo por encima de lo que nos gusta, pero no impide que la disfrutemos.
Por supuesto, esta hamburguesa viene acompañada de una pequeña sartén de patatas fritas caseras que nos encantaron hasta tal punto de confesar que fueron lo mejor de la experiencia. Cortadas en bastones al estilo de la abuela, nada grasientas y deliciosas. No necesitaréis remojarlas en ninguna salsa.
Aunque probamos un sandwich de roast beef con pan de mollete, no podemos aportar imágenes adecuadas. Eso sí, nos pareció un bocado sencillo, sabroso y barato por el que volveríamos si estuviésemos por la zona y la gusa hiciera acto de presencia. Sin ser nada espectacular, cumple su función y agrada.
En definitiva, en Bestia Kitchen & Bar encontramos un local y un servicio estupendos, con unas opciones gastronómicas que están bien, pero a las que le pediríamos un poquito más. Tenemos buenas raciones y con calidad, eso es innegable, pero con tanta competencia como hay en la ciudad, hay que apurar más el salto para no tirar el listón. Eso sí, los precios nos parecieron muy competitivos y comer aquí os resultará muy interesante en ese sentido.
PRECIO DESGLOSADO DE LA VISITA
1 AGUA: 1.7 €
1 REFRESCO: 2.5 €
1 NACHOS: 7.5 €
1 BURGER BESTIA: 10 €
1 SANDWICH NEW YORKER: 7 €
1 CAFÉ: 1.7 €
TOTAL: 30.4 €
Añadir nuevo comentario