Que nos encanta Burnout es uno hecho, tanto como que es uno de nuestros locales favoritos de Madrid para zamparnos una hamburguesa y flipar con su materia prima. Por tanto, no vamos a seguir lanzando piropos, que luego se lo creen xD. Dicho esto, vamos con la Galería Canalejas, nuevo espacio, sito en los bajos del recién inaugurado Hotel Four seasons y que ofrece un food court con aires de grandeza, puestos donde elegir comida de lo más variopinta, desde brasileña, pizzas, tapas, cavas, hasta restaurantes con estrellas Michelín. Todo con un ambiente selecto y una decoración que recuerda a locales de estilo de Nueva York. Pero no todo es tan idílico, ya que el acceso es un poco raro, quedando como un sitio clandestino, sin publicidad ni más señalización que un pequeño cartelito en la puerta de la calle, que indica a dónde vamos. Todo en plan secreto, como si no quisieran ser descubiertos.
Pero bueno, tras el primer paso, parecido a hacer una ilegalidad y bajando unas escaleras imponentes, serpenteamos ante la distribución caótica del espacio para llegar al nuevo Burnout, un puestecito con la plancha a la vista donde nos prometen True smashburgers. Todo con un aire informal, quizá demasiado para el ambiente donde se ubica, en su carta encontramos los clásicos hamburgueseros que los han encumbrado, pero adaptados a la moda smash que está asolando el territorio, con una nueva incorporación: la cheese solo. Además, mantiene algunos de sus entrantes y al no acompañar las burgers de patatas, las ofrecen como sides aparte. Poco más. Un menú corto, directo e interesante, con un precio medio de 10 € por burger.
Con todo esto, no podíamos dejar pasar una nueva oportunidad de zamparnos los maravillosos nachos que tienen. En versión algo más reducida, pero igualmente contundentes. Siguen siendo de lo mejor, con un guacamole y un chili con carne para ponerles un monumento y unos totopos que, aunque no son los caseros que nos gustan, cumplen y ceden toda la presencia a los tropezones que nos vuelen locos.
Venga, pasamos a las hamburguesas. Aunque nos llegaron todas juntas, empezamos con la Smokin', la clásica de Burnout, con lechuga, tomate, bacon, queso americano, cebolla caramelizada, smokin' mayo y BBQ. Todo sigue igual, con el bacon súper crujiente y la salsa en su sitio, pringando todo, pero con algo nuevo: la carne, presente en forma de patty rollo californiano o fast food, hay que olvidarse el smash puro y no hace falta, este formato es de sobra para degustar una carnaza jugosa, muy bien picada y que aporta presencia, aunque palidece un poco ante el dulzor de la cebolla, quizás por el menor gramaje de la primera, ya que contamos con dos discos de 75 gramos y eso se nota.
Seguimos con la It, la smash de la carta clásica, que permanece inalterable e igual de sabrosa que en sus locales mayores. Poco más que añadir a una indispensable de Madrid, más allá de reiterar el hecho de que está poco aplastada y aunque los patties presentan una buena costra, falta un paso para tener a los puristas contentos y ojo, que no hace falta, así está divina.
Y vamos con la novedad, la cheese solo, una maravilla que deja disfrutar de la mejor carnaza con bien de queso, pero qué queso: americano, sin más, maravillosamente fundido hasta formar un todo con la carne. No hace falta más (aunque si pedís un extra de bacon ya os volveréis locos). Nos dejó sin palabras a simple vista y en cuanto le hincamos el diente. Un concepto clásico, pero diferente, con el que disfrutar de las cosas sencillas y bien cuidadas. Además, el pan que abraza todas las opciones es un potato roll esponjoso, bien tostado, que acompaña, sin empañar el sabor y que hace que el conjunto sea la mar de ligero, dejándonos siempre con ganas de más y más.
En definitiva, este nuevo Burnout no es tan nuevo, aunque sí que le da una vuelta a su estilo, adaptándose a los tiempos y a su ubicación. Y a pesar de que prometen unas smash que no son tal (al menos para los más puristas), ofrecen un producto que rebosa calidad, informal, callejero y lo más importante: que hace imposible dejarte que comas sólo una de sus burgers. Nos encanta, igual lo tenemos idealizado, pero pocos garitos pueden presumir de una carne así, de un estándar de calidad como el que tienen, ya sea en hamburguesas mas fast o más gourmet. Un must que lleva años en el podio y que promete no bajarse nunca.
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