Aunque no nos gusta investigar en exceso cuando vamos a visitar un nuevo lugar, sí que tiramos de internet para localizar aquellos garitos que ofrecen hamburguesas en sus propuestas. Así llegamos a Caraótica Gourmet, tras viajar con nuestro Burgermóvil hasta Las Rozas, donde no hay mucha oferta llamativa en lo que a carne emparedada se refiere, lo cual nos apena un poco.
Pues bien, al llegar al centro de la localidad, descubrimos lo que, seguro, fue una cafetería en otros tiempos y que una familia venezolana ha adaptado para ofrecer su comida casera. De la decoración no hay mucho que comentar; mesas y sillas de bareto, paredes blancas y una televisión reproduciendo vídeos musicales de YouTube.
En la carta encontramos una gran variedad de platos venezolanos y entre ellos, como por casualidad, disponemos de unas cuantas burgers interesantes, al menos, sobre el papel. Y decimos esto porque, a la hora de pedir, nos "convencen" de probar la comida típica del país, hasta tal punto que las personas que nos atendieron no se sabían los ingredientes de los que conta cada hamburguesa (la cosa se puso interesante muy pronto). En cuanto a los precios, en la media, al menos, de nuevo, en teoría, ya que, como veréis, algunas cosas no valen lo que cuestan.
Para ir abriendo boca, nos animamos con una degustación de arepitas. Recién hechas, pequeñitas y cada una con un relleno diferente tal como frijoles, carne mechada, queso venezolano, carne asada, etc. Aunque nos gustaron, se trata de un plato algo complicado para compartir, ya que cada persona puede probar una o dos de estas arepitas, lo cual deja el reparto un poco complicado. Eso sí, la masa no puede ser más casera y nos llegó recién sacada de la freidora, muy crujiente y sabrosa.
Para seguir, decidimos probar algo típico: el plato de asado venezolano, con carne, frijoles, arroz y plátano macho. Todo un señor platazo, contundente, con el que acabamos a duras penas. Todo estaba correcto, aunque la carnaza estaba un poco seca.
Ahora vamos con el patacón o como nos los "vendió" la dueña, una especie de hamburguesa con plátano macho en vez de panecillos, que en realidad tenía la pinta que veis más abajo. Se trata de una amalgama de carne deshilachada, pollo, queso, lechuga, tomate, arroz y salsas, muchas salsas. Por lo que hemos visto por ahí, parece bastante tradicional echarle ketchup, mayonesa y demás a todo lo que se come y aquí lo encontramos en cantidades igual de apabullantes que el resto del plato.
Lo que ocurrió con la hamburguesa que nos llegó a la mesa fue muy distinto a lo que estábamos viviendo con los platillos típicos. Si bien hasta ahora, las cosas iban más o menos bien, con la burger nos quedamos sin palabras. Si ya nuestras alertas saltaron cuando vimos que hay cierta despreocupación por parte de los dueños a la hora de hablar de ella, cuando nos llegó comprendimos que nos le ponen ningún interés. Pedimos una burger con champiñones y eso fue lo que nos llegó, acompañada de unas patatas fritas con demasiado aceite, lo que arruinaba el toque casero que, sin duda, tienen.
Al igual que ocurre con el patacón, aquí hay más salsa que sustancia y con esto queremos decir que la carne es fina, muy fina, con un pequeño rebozado y aliñada con ajo y perejil. Sí, estamos describiendo un filete ruso bañado en ketchup, mostaza y mayonesa, con un poco de tomate , cebolla cruda y pepinillos (todavía estamos buscando el queso). Por supuesto, el punto de la carnaza estaba pasado.
Lo único que se salva del conjunto es el pan, que, en algunos momentos, nos hace pensar que nos estamos comiendo un bocadillo. Esponjoso y firme, a pesar de no venir tostado. Sin duda, lo mejor.
En definitiva, aunque podamos encontrar hamburguesas en la carta, está claro que en Caraótica Gourmet son especialistas en comida propia de Venezuela, decente y casera, pero que no nos hizo exclamar de placer. Es una lástima que, para intentar recoger más clientes, incluyan en la carta unas burgers que no deberían aparecer en ella. Descuidadas, faltas de cariño y que parece que están por obligación, porque están de moda. Si os animáis a visitar a esta simpática familia, id directamente a por los platillos oriundos y pasad de su carne emparedada.
PRECIO DESGLOSADO DE LA VISITA
2 CERVEZAS: 5 €
1 REFRESCO: 2 €
1 DEGUSTACIÓN DE AREPITAS: 6.5 €
1 ASADO: 13 €
1 PATACÓN: 9.5 €
1 HAMBURGUESA CON CHAMPIÑONES: 8.5 €
TOTAL: 43.5 €
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