Pocos son los garitos que puedan presumir de un buen ahumador en Madrid. De hecho, se podrían contar con los dedos de la mano los que ofrecen una experiencia cercana a la de una barbacoa texana (hay muchos más estilos en USA, pero nosotros nos centraremos en esta) y encima que se haga con leña o pellets, ya es una fantasía. Pues bien, donde menos te lo imaginas (y eso nos encanta), aparece El Ranxo, un smokehouse tradicional y artesanal, situado en la madrileña localidad de Villanueva de la Cañada, en el que no sólo cocinan sus propias carnes, con sus propias herramientas, sino que su locura por el control de calidad los lleva a preparar sus propias salsas, entrantes y hasta los postres. Comencemos con la visita.
Era un soleado día de invierno, ideal para disfrutar de buena carnaza en su terraza, flanqueada por sendos locales. Al escanear el QR y repasar su carta, ya hay algo que nos llama la atención: aquí sólo hay un menú por 15.99 €, en el que tú mismo te creas las combinaciones que quieres zamparte. Configurando el pan, la carnaza, la salsa y hasta el acompañamiento; todo con una variedad más que adecuada y suficiente como para hacernos reflexionar durante un rato largo. Dando como resultado unas hamburguesas maravillosas, aunque nosotros preferimos llamarlos sándwiches, ya que no contienen la mágica carne picada que da nombre a nuestro plato favorito.
Además, incluye el postre. Eso sí, los entrantes y la bebida van aparte. Puede parecer que la cuenta se podría ver demasiado engordada, pero no pasa nada, como siempre decimos, la calidad lo merece, se puede pagar un poco más. El caso es salir con una sonrisa.
Dicho esto, nos animamos con unos nachos de la casa con extra de pulled pork -aquí hay que ponerle carne a todo y probar las diferentes especialidades-. Mucho ojo, porque, aunque los totopos son los clásicos triangulitos, nada caseros, tenemos un mar de guacamole y salsa agria, su chili, sus poquitos de jalapeños, cilantro, pico de gallo, bastante queso y la joya, el cerdo deshilachado, con verdadero sabor a humo, muy jugoso y nada pesado. Vamos, que no necesita de ninguna salsa barbacoa para disimular nada. Aquí está todo en su punto y disfrutamos tanto con este entrante, que casi se nos va de las manos y acabamos llenos.
Embargados por la felicidad, llegaron nuestros platos principales. Nos decantamos por una primera opción, con carne de ternasco, mezclada con patata que fue la gran sorpresa de la mesa. No os imagináis lo tremenda que estaba. Suave, jugosa y con la patata que le da un punto meloso que no necesita nada más, aunque le echamos la salsa de mostaza miel, que le confiere un toque único. Todo abrazado por un brioche clásico, sin tostar, que no roba protagonismo al conjunto y acompañado todo por una ensalada de col líquida bastante rica. Si no estáis babeando ya, es que necesitáis probarlo cuanto antes.
Por si fuera poco, nosotros, verdaderamente, íbamos a probar el brisket, así que nos dejamos aconsejar y lo pedimos con un pan rútico hiper crujiente, también sin tostar y nada duro, que le da un toque brutal. Todo regado por una salsa barbacoa súper fina, que da toque, sin apagar el sabor de la carne. Y oiga, ¡vaya carne! Rosita por dentro y con su costra de especias por fuera, se presenta ante nosotros tan cortadito todo que no sabemos si emparedarlo o agarrar el tener y degustarla a pelo. Otra locura con la que seguimos soñando.
De acompañamiento cayeron unos macanchegos o lo que es lo mismo, una reinterpretación de los clásicos mac 'n' cheese, pero con macarrones gruesos, en vez de coditos y bien de queso manchego, en vez de líquido y nata. El resultado es una bomba de sabor que queda bien tal cual, pero que si reserváis un poquito de salsa barbacoa o hará volar de éxtasis.
Y ya que tenemos el postre incluido, vamos con una tarta de chocolate y cookie bien rica, con una masa que parece crumble. Nos encanta esa textura arenosa, pero abizcochada. Nada empalagosa y tremenda, para no parar de devorar.
En el otro lado de la mesa pudimos contemplar la tarta de manzana, ligeramente caliente, melosa y deliciosa. La persona que escribe estas líneas no es muy de estas tartas y cuidado, porque hubo discusión por quedársela toda. Con esto ya no hay mucho más que añadir.
En definitiva, El Ranxo es una locura para los amantes de la carne y los smokehouses DE VERDAD o de los que echan de menos comer en Texas. Con la garantía de saber que todo o casi todo es casero y recién hecho, con una materia prima excepcional y un ahumador de pellets que es un avión. Pero lo mejor, como siempre, es su equipo, que tiene gran cultura de barbacoa y eso se traduce en unas viandas deliciosas con las que soñar hasta vuestra próxima visita.
PRECIO DESGLOSADO DE LA VISITA
2 CERVEZAS: INVITACIÓN DE LA CASA
1 RACIÓN DE NACHOS CON EXTRA DE PULLED PORK: 12 €
2 MENÚS DE CARNAZA: 15.99 €
TOTAL: 43.98 €
Añadir nuevo comentario