Televisores antiguos decorando la sala del comedor, hileras de butacas de cines retro, cintas de cassette que sujetan las cartas en las mesas de aire vintage, detallitos que nada más pisar El sueño de Laura (aunque todo el mundo lo conoce como Entrepanes) hacen que nos traslademos varias décadas atrás. Se trata de un local muy bien ubicado en Collado Villalba, cuya decoración hace las delicias de los amantes de lo retro, donde se respira verdad. No estamos ante una franquicia de muebles estandarizados, sino ante un restaurante que ha sabido adaptar la distribución del clásico bar español para ofrecer una carta variada, con precios asequibles, donde las hamburguesas tienen su parte de protagonismo.
Es la apuesta de sus dueños por ofrecer un mayor espacio, ya que el local que tenían a dos pasos se les había quedado pequeño. Por tanto se ha convertido en el lugar ideal para tomar algo en su terraza u optar por su muy personal interior, degustando desde especialidades de la casa como hummus o provolone hasta tostas y bocadillos, sin olvidar sus burgers, cuya oferta es amplia y singular. Pero tampoco podemos pasar por alto sus postres caseros como la tarta de zanahoria o la cheese cake, junto a las clásicas tortitas o los pastelitos portugueses, amén de una variada carta de vinos, cafés, batidos y cócteles.
La sorpresa llegó con la bebida, ya que nos ofrecieron como aperitivo un contundente canapé de calabacín, tomate y queso, cuyo pan estaba crujiente y la combinación entre las diferentes verduras era exquisita. Con ello ya comenzamos a ver la calidad de lo que se nos iba a presentar.
Cuando leemos la palabra “casero” en la carta, no podemos dejar de querer degustar lo que se nos ofrece, por ello al ver que tenían croquetas caseras y que además eran de boletus, nuestra opción de entrante para compartir fue clara. Optamos por pedir media ración de jamón y otra media de boletus. Y efectivamente, a la vista estaba claro que eran caseras. Con un rebozado crujiente, la bechamel de su interior muy cremosa y muy suave. El sabor de boletus, intenso, algo menos el de jamón aunque se intuía su aroma. Buena opción que nos hicieron recordar las clásicas croquetas de nuestra abuela.
Impacientes ya por probar las hamburguesas, a la mesa llegaron nuestras elecciones. Al observar la carta tuvimos claro que queríamos probar sabores diferentes a las clásicas preparaciones. Por ello optamos por pedir la denominada Noblejas blue y la Española. Nos llegaron presentadas en platos de pizarra junto con una cesta de patatas cortadas en gajos extra grandes y salsa ketchup.
Visualmente, nos impactó su presentación y la cantidad, muy bien compensado en su relación calidad/precio ya que son 9,50 euros de carne en su punto, que se deshace, y de ingredientes que acompañan muy bien sin restar su sabor. De la Noblejas blue destaca la combinación del dulce de la pera caramelizada con el queso gorgonzola, que, como decimos, no merma en absoluto el conjunto de sabor de la hamburguesa. Las nueces y el pan tipo mollete (sin serlo) bien tostado le daban un punto crujiente al bocado, lo cual siempre es de agradecer.
La Española fue una apuesta arriesgada, al tratarse combinación de pimiento verde con jamón serrano, que nos recuerda mucho al clásico Serranito andaluz. En esta ocasión el lomo es sustituido por la carne de hamburguesa, que aderezado su conjunto con especialidades españolas como son el tumaca y el ali-oli que se suman al queso manchego, hicieron que no nos arrepintiésemos de la elección.
Toda esa mezcla de ingredientes, en contradicción a lo que podría esperarse, resultó ser una delicia de sabores que nos trasladaban a las diversas partes de la geografía española sin salir de Villalba. Todo casaba sin taparse unos con otros, dotando al plato del calificativo de extremo pecado. Se sentía el jamón con ese toque de chispa que da el ali-oli, que a su vez se calmaba con el tomate del tumaca en la base del pan. Y sobre todo el queso manchego, muy muy rico.
Sobre la carne, como íbamos dos hamburgueseros que no solemos coincidir en en la elección de su cocinado y queríamos probar las dos hamburguesas, nos decidimos por pedirlas al punto. Y así nos las sirvieron, ni cruditas ni un pelín pasadas, en su punto exacto que hacía que se notase su picada recién hecha. Casi se deshacía, aunque conservaba bien su forma y su punto de jugosidad.
Gratamente sorprendidos por las hamburguesas, llegó el turno del postre. El calor, aunque en el restaurante se estaba muy agradable, nos invitaba a querer tomar un granizado, por tanto quisimos probar un Bombón Ice a base de leche condensada, expreso batido y mucho hielo. Y un Shakeratto que es un expreso batido también con mucho hielo.
Refrescantes y colofón ideal a una cena súper rica que nos dejó muy buen sabor de boca, no sólo por la estética del local, sino por la amabilidad del servicio y la buena comida que degustamos. Nos comentaron que tienen previsto aumentar la carta de hamburguesas con carne de buey y otra especialidad vegetariana. Estaremos muy atentos, hasta entonces, nos quedamos recordando el festival de sabores en nuestra memoria.
P.D.: No dejéis de daros una vuelta por el local, encontraréis muchos detallitos que os harán viajar en el tiempo, sobre todo en la decoración de los baños y otros elementos del mobiliario.
PRECIO DESGLOSADO DE LA VISITA
1 BOTELLA DE AGUA: 1,5 €
1 REFRESCO: 2 €
1 RACIÓN MIXTA JAMÓN Y BOLETUS: 8,50 €
1 HAMBURGUESA NOBLEJAS BLUE: 9,50 €
1 HAMBURGUESA ESPAÑOLA: 9,50 €
1 SHAKERATTO: 2 €
1 BOMBÓN ICE: 2,50 €
TOTAL: 35,5 €
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