Que la zona de Malasaña está llena de garitos donde comer y beber es una verdad como un templo. Aunque también es verdad que, cuando hay mucha cantidad, a veces las elecciones no dan el resultado que vamos buscando. Por eso, nos hemos animado a hacer una selección de garitos hamburgueseros por los que suspiramos o que nos han sorprendido en los últimos tiempos (y siguen abiertos). Mucho ojo, porque Malasaña es mucho más que barbas y gafas molonas. Aquí empieza nuestro repaso de carnaza entre dos panes.
Sin duda, es nuestro favorito. Un buen local hace que disfrutemos más todavía de una de las hamburguesas más equilibradas de la capital. Su carne, sus salsas, sus quesos, sus panes... Todo aquí está pensado al milímetro para que nuestro disfrute sea lo más.
Otro de esos sitios que nos tiene robado el corazón es Carmencita, con esas combinaciones locas y el buen hacer de una cocina con espíritu americano. Un consejo, si podéis, pedid que, en vez de patatas fritas, os acompañen la hamburguesa con hashbrowns, os vais a enamorar del todo.
Si buscáis un sitio diferente, que cumpla con todo lo que es Malasaña, ese es La Pescadería. Con una oferta gastro que va más allá de las burgers, vais a encontrar platillos internacionales, bien cocinados y con precios adecuados. Todo un clásico del barrio que suele estar hasta arriba, pero que merece la pena probar, al menos, una vez en la vida.
Aguanta carros y carretas en una calle que es todo competencia con un menú hamburguesero que es para repetir día a día. Buena carne, buen pan y detalles cuidados en un local muy cuqui en el que se puede disfrutar de una carta amplia e interesante.
El templo del sándwich se decidió a caer muy cerquita de la Plaza del dos de mayo, acompañado de sus propuestas de queso fundido y de una hamburguesa que ha mejorado con el tiempo y que, ahora sí, nos hace suspirar de placer.
Y hasta aquí nuestro repaso al barrio que nunca pasa de moda, a esa zona por la que nos encanta pasear y descubrir, en la que, si no estamos tomando un vermú, estamos dándole a la mandíbula. Seguro que vosotros tenéis otros muchos favoritos y estaremos encantados de conocerlos pero, de momento, con estos puntos de interés hamburguesero, nosotros estamos la mar de contentos. Eso sí, cuidado con esas barbas, que se llenan de migas cuando nos invaden las pasiones carnívoras ;)
Añadir nuevo comentario