Ya ha pasado algún tiempo desde que conocimos Gancho y Directo en su primera ubicación. Tanto ha llovido que ahora estos dos hermanos cuentan con nada más y nada menos que tres locales más. Siempre hemos creído en que las cosas bien hechas tienen su recompensa y está claro que, en este caso, se demuestra con creces. Por los caprichos que tiene el destino, recientemente nos encontrábamos en Majadahonda en busca de una burger que llevarnos a la boca, encontrando todos nuestros objetivos cerrados, pero los dioses hamburgueseros quisieron que pasáramos por la puerta del nuevo restaurante de estos viejos conocidos y como os podréis imaginar, no hubo más que pensar.
Con un espacio nuevo, seguimos encontrando los mismos puntos débiles en lo que a decoración se refiere, pareciendo más un chiringuito de playa (pero salvando las distancias, obviamente) que un sitio donde vamos a disfrutar de una de las mejores hamburguesas de nuestra vida. Aunque hay cierto avance en cuestiones de gusto estético que sí que nos gustaron, seguimos con esa informalidad que casi se ha convertido en marca de la casa.
En cuanto a la carta, no hay sorpresas, seguimos con los estandartes que también dan nombre al garito, es decir, la espectacular Gancho y su hermana "pequeña" la Gancho, junto con varias opciones más, entre las que se encuentran perritos calientes, ensaladas o entrantes y un menú asequible y bastante completo. Se pueden elegir dos tamaños de burgers (150 o 250 gramos), el tipo de pan (clásico, mollete o rústico con queso) y el acompañamiento (patatas fritas o ensalada), lo cual siempre es de agradecer. Pero lo mejor son los precios, que se mantienen, logrando una relación calidad/precio realmente imbatible.
Nada más sentarnos lo teníamos claro, la Gancho iba a caer, teniendo la duda de la otra opción, que finalmente fue la Riojana, esta vez dentro del menú, para probarlo todo mejor. De la primera, poco que decir que no hayamos dicho ya. Una carne espectacular, de las mejores que podréis encontrar, con un picado fino, aunque a veces podamos encontrar algún nervio (como veréis en la foto del corte), muy bien sazonada y de buen tamaño (elegimos la de 250 gramos). Pero lo mejor es el foie fresco, en gran cantidad y la trufa, que hace que no queramos comer nada más durante muchos, muchos días. Una vez más, cuando se hace algo bien, no necesita mucho más y el caso de esta burger es el mejor ejemplo.
La carne de cebón, como os decimos, siempre en su punto, con un gran sabor, que se complementa con el del foie y la trufa, potenciando aún más cada bocado. Aunque sí que es verdad que echamos de menos ese sabor de parrilla de lava del que nos enamoramos en Pozuelo, además de encontrarnos con un punto de cocción algo por encima a lo que ya habíamos conocido por otro lares. Aún así, poco o muy poco que objetar a esta delicia.
Tras esta bomba de sabor, cualquier comparación se hace muy difícil, pero ahí estuvimos, con la burger Riojana, una construcción a base de pollo y con pimientos y cebolla, todo asado, al más puro estilo caldereta. La primera impresión fue un poco floja, aunque luego, a cada bocado, fuimos encontrando un gusto fino, con buen gusto, pero sin pasarse, recordando esos sabores del norte que, por qué no decirlo, nos encantan.
Si le tuviésemos que encontrar un "pero" a esta burger, podría ser el pollo, ya que nos habría gustado en más cantidad, pero entendemos que esta elección es para gente que no se quiere pasar y disfrutar con un bocado a gusto y sin cansarse.
En cuanto al pan, ambas opciones contaron con el rústico de queso, que nos encanta y juega igual de bien en todas las hamburguesas. Ligeramente tostado, nos sorprende no ver este "modelo" en otros locales, pero bueno, es lo que tienen las marcas de la casa.
Las patatas fritas, como no podía ser de otra manera, acompañan en buena cantidad, quedando muy, muy crujientes y finas, creándonos una adicción de la que no podemos escapar. Sí, son casi una droga, os las recomendamos.
Y como elegimos menú, no pudimos escapar del postre, la parte floja de la experiencia. Nos decantamos por una cheessecake, que se nos presentó en una porción diminuta, aunque lo malo no es eso, sino que se trata de una tarta industrial, casi congelada y que no aporta mucho. Eso sí, no llega a desmerecer el cómputo global, aunque es un detalle que no acabó de convencernos.
En definitiva, los hermanos de Gancho & Directo siguen creciendo, manteniendo la calidad que un día hizo que nos enamorásemos de ellos y permitiendo que cada vez más gente los conozca. Con locales modestos, pero con un servicio la mar de simpático y un producto que ya querrían muchos, las hamburguesas aquí siguen siendo un referente obligado para todos los amantes de la carne emparedada.
PRECIO DESGLOSADO DE LA VISITA
1 MENÚ BURGER: 10.5 €
1 HAMBURGUESA GANCHO (250 GR.): 10.9 €
1 BOTELLA DE AGUA: 2.5 €
TOTAL: 23.9 €
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