Hacía mucho que no pasábamos por Gobu, a pesar de ser uno de nuestros sitios favoritos en la capital, así que no tardamos mucho en buscarnos una "excusa" para acercarnos por sus lares. No os vamos a hablar del local, porque poco o nada ha cambiado desde la última vez. Tampoco os vamos a contar nada nuevo sobre su carta, que sigue igual de espectacular y con unos precios que, si en su día nos parecían elevados, parecen anclados en esa época, consiguiendo el equilibrio con la competencia, debido, en parte, a esa moda y ganas de explotar a nuestra querida hamburguesa y sacarle el mayor rendimiento posible. Más bien, hoy os vamos a comentar las lindezas de su menú, que cambia cada mes y que ofrece una burger cada día de la semana (excepto los lunes, que cierran), así como una bebida y un postre. Todo ello por 11.9 € y con la posibilidad de personalizar las opciones, con un lógico recargo.
Como nos vieron con cara de ganas, nos dejaron elegir burger, a pesar de que nos tocaba una única opción, así que no nos hicimos mucho de rogar y empezamos con la de berenjena y miel de caña, ya que nuestra parte andaluza llamó a la puerta ante esta combinación. La primera sensación al hincarle el diente es que hay algo nuevo en la carne, aunque tiene el mismo sabor potente de siempre (que le encantará a los más carnívoros) y según lo dijimos, se nos explicó que se ha añadido más carne en la proporción del picado, para conseguir un toque más magro, que da como resultado una mordida llena de textura.
Por si fuera poco, esos contrastes de la berenjena frita con el dulzor del azúcar consigue que su ingesta no se convierta en una labor complicada y el equilibrio entre todos los ingredientes hace que podamos disfrutar de cada uno prácticamente por separado. Además, el punto, como es de costumbre, está respetado al máximo, consiguiendo que ese profundo sabor a carne del que os hablamos esté más acentuado todavía.
En el otro lado de la mesa nos enfrentamos a la burger con bacon y salsa de tomate picante, que se acerca a una brava de toda la vida, aunque no os asustéis, se deja comer muy bien, sin que sufran nuestras amígdalas. Y ese bacon, estupendamente cocinado, se convierte en una perdición, sumado a esa carne, estupendamente cocinada.
En ambos casos encontramos un panecillo clásico, tipo brioche, abrazando a nuestras carnes y demás ingredientes. Ligeramente tostado, muy fresco y que aguanta a la perfección nuestras feroces embestidas.
Por supuesto, todas las burgers vienen acompañadas de las famosas patatas fritas de Gobu, caseras y mu finas, que harán que nos planteemos si comerlas solas o remojarlas en alguna de sus salsas caseras antes de pasar al postre que nos corresponde, que en este caso fue una tarta de queso con mermelada de naranja y un zumo de naranja recién exprimido con unos trocitos de fresa. De la primera, una vieja conocida, poco que añadir; cremosa, suave y contrastando con los amargos de la mermelada. Y de lo segundo, postre típico español que nos recuerda a nuestra más tierna infancia.
En definitiva, si en Gobu ya nos ganan el corazón por sus mezclas diferentes y muy originales, con estos menús es como para seguirles la pista muy de cerca. Buenos precios para una calidad incuestionable, que se mantiene exactamente igual que desde la primera vez que los conocimos y encima, ahora, con unos precios bastante acertados.
PRECIO DEL MENÚ HAMBURGUESERO: 11.9 €
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