Nuestras incursiones por la zona de La Latina empiezan a ser muy frecuentes, ya que, ante tanta tapa, pincho y vino, comienzan a aparecer locales hamburgueseros que pretenden llevarse un trozo de pastel que, hasta hace poco, controlaba Mad Café (¡qué jóvenes éramos!). Tal es el caso de Grill Stop, el último en abrir en el vecindario, con una decoración agradable y un espacio grande y cómodo donde la burger es la protagonista por méritos propios.
Como decimos, aquí se viene a comer hamburguesas, todas con nombres relacionados con el tráfico, casi la única tematización del local, junto a su logo. Además, podemos encontrar entrantes típicos, como nachos, fingers de pollo, etc. Pero lo mejor es la incursión en la oferta de una cerveza artesana de Madrid, llamada Salvaje y que está muy, muy rica, tanto en versión Pale Ale como en IPA. Los precios entran en la media de la zona y por 9.5 € nos podremos comer una burger y acabar saciados.
Como no queríamos experimentar mucho, comenzamos con unos nachos con queso, guacamole, crema agria, muchos jalapeños encurtidos y chili con carne. Aunque están presentados en una ración más que generosa, el aspecto impersonal y preparado nos deja un poco fríos. Por separado, todos los ingredientes están decentes, destacando las alubias con carne y con el queso fundido como mayor punto negro; las tortillas son de bolsa, cosa habitual por la ciudad, pero no aportan mucho sabor y aunque son decentes, a estas alturas de la película no nos aportan mucho ni nos sorprenden. Un entrante sin más, en buena cantidad.
Con este plato aún por la mitad, nos llegan las hamburguesas, lo cual, en el caso de la Prohibida, nos hizo comparar, ya que se trata, prácticamente de lo mismo, nada más que sustituyendo los propios nachos por carne y pan. Esto es, estamos ante una burger con chili, muchos más jalapeños y un buen cucharón de queso fundido en el pan. Nada nuevo, tenemos unos ingredientes que aportan más bien poco pero una carne que se lleva todas nuestras alabanzas. Muy bien picada y condimentada, con un sabor a parrilla espectacular y que hace que esta propuesta se salve sólo por ella.
Sí, la carne, además de contar con un gran sabor, está bien cocinada, aunque el punto se fue un poquito más alto de lo que nos gusta, pero se lo perdonamos porque destaca por sí sola sobre el resto de elementos que la acompañan. Incluso el pan, tipo brioche y con muchas semillas (casi demasiadas), fresco e idealmente tostado, sucumbe ante la gran protagonista.
La otra compañera de viaje fue más curiosa, presentando una mezcla de carne, jamón serrano, queso y pimientos asados que también aportaban ese toque de parrilla que nos encanta. Aún así, una combinación arriesgada la de esta 100 K/h, aunque se dejó comer bastante bien.
Como no podía ser de otra forma, todas las burgers vienen acompañadas de patatas fritas, presentadas en cuadrados entrecruzados y que, a pesar de su congelado previo, son divertidas para remojar, aunque seguimos prefiriendo unos buenos bastones caseros.
Y como no hubo postre, finalizamos nuestra visita a Grill Stop con la conclusión de haber visto un servicio muy agradable, en un local cómodo y una comida que podría mejorar, donde brilla una carne deliciosa. Seguro que si el resto de detalles gastronómicos se cuidasen tanto, tendríamos unas burgers espectaculares, de ésas que merecen la pena ser degustadas y disfrutadas cada poco tiempo. Pero bueno, sabemos que el restaurante tiene poco tiempo de vida y que poco a poco seguro que van puliendo estas cosas y que seguro que merece la pena volver.
PRECIO DESGLOSADO DE LA VISITA
1 JARRA DE CERVEZA: 3.6 €
2 DOBLES DE CERVEZA: 5.2 €
1 CERVEZA SALVAJE MAORÍ (IPA): 3.6 €
1 NACHOS: 7.5 €
1 HAMBURGUESA 100 KM/H: 7.5 €
1 HAMBURGUESA PROHIBIDO: 9.5 €
TOTAL: 38.2 €
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