Si andáis por Lisboa y queréis probar algo más que el bacalao -cocinado de mil maneras diferentes-, el pulpo, los pasteles de nata y francesinhas varias, no está mal hincarle el diente a una buena hamburguesa. Aunque hay algunas opciones bastante interesantes, tenemos que advertir que la variedad no es igual que en nuestro país y el "casting" se estrecha bastante a un buen puñado de garitos, entre los que destaca Ground Burger, un local muy bien cuidado, con sus clásicos azulejos y su rollito americano "old style". Tienen otro puestecillo en el mercado de Time Out, pero este es el original, donde se crea la magia. Y es que su segunda ubicación no es casualidad, ya que están clasificados como uno de los mejores restaurantes lisboetas, según esta famosa publicación y no es para menos, ya que sus creaciones pueden ser de lo mejor de la ciudad portuguesa.
Con una carta amplia, podemos encontrar unos cuantos entrantes, unas burgers que nos hacen babear en cuanto las leemos y acompañamientos, ya que las carnazas emparedadas se sirven sin nada al lado. Y por supuesto, tenemos unos cuantos postres, destacando los doughnuts, de su tienda hermana y con una pinta realmente espectacular. En cuanto a precios, sorprenden por lo alto, sobre todo estando en una ciudad en la que comer fuera es bastante accesible. Nos encontramos una media de unos 15 € por hamburguesa; si bien es cierto que aquí todo es artesanal y se hace en el propio local. Desde los panes hasta los pepinillos, todo el proceso se realiza ante nuestros ojos. Mucho ojo al mogollón de cervezas artesanales que nos proponen. Difícil elegir sólo una.
Pasemos a lo interesante: las hamburguesas. Empezamos por una opción clásica como es la cheeseburger, con una carne de, alrededor, 190 gramos, un queso americano muy bien fundido, cebolla morada cruda, pepinillos encurtidos, ketchup y mostaza. No hay más y aquí están los aciertos y los errores. Empezando por lo bueno, tenemos un sabor de burger de toda la vida, con los sabores de vinagre que ese funden con un queso cremoso y una carne de Black angus que, aunque rica, le pedimos un poquito más de sabor. Y es que esta raza, que deslumbra a casi todo el mundo, se queda corta en casi todas las experiencias que hemos tenido. Muy exótica, sí, pero donde esté una vaca gallega, que se quite todo lo demás. Y siguiendo con un punto negativo, el exceso de salsa se hace patente, luchando y casi ganando en presencia al resto de ingredientes, lo cual siempre es un engorro.
Hablemos de la protagonista, la carne. Ya hemos comentado que de sabor anda un poco justa y aunque está muy bien cocinada, con su costra exterior muy bien conseguida, de punto se nos quedó algo pasada, lo que hizo que se quedase algo seca y que su carencia de gusto se hiciese un poquito más patente. Aún así, el bocado, en su conjunto, nos gustó bastante y todo esto son, simplemente, puntos que, a nuestro juicio, harían que esta burger fuera un revienta cabezas.
En el otro lado de la mesa tenemos la Chilicheese burger, una vieja conocida en Madrid y que aquí se presenta con bien de carne con salsa y rajas de jalapeño, para darle un poquito de picorsito. En general, se trata de una mordida más jugosa y de una potencia de sabor inusitada. Bien rica y equilibrada, aunque el chili, como os podéis imaginar, se roba todo el protagonismo. Nos gustó bastante, aunque nos quedamos con la sensación de otras que hemos probado por aquí.
El pan, como os hemos dicho, es horneado en el propio restaurante. De tipo brioche y tostado de forma muy sutil, es fresco y tierno, sin aportar mucho dulzor al conjunto. Nos gustó bastante y aguantó en todo momento, lo cual no es tarea fácil ante tanta salsa.
Como acompañamiento, cayeron unas patatas fritas, en ración más que suficiente para dos personas. Totalmente caseras y condimentadas con ajo tostadito, que le da un punto de calidad, lo cual es de agradecer, ya que, al pedirlas aparte, lo menos, es darles un cierto valor que sea algo más que unos bastones en una cesta sin más. Buena elección, de obligado cumplimiento cuando nos sentemos en Ground.
En definitiva, un lugar a probar este Ground Burger. Si bien es cierto que nos tenemos que mentalizar de los precios, pero la experiencia es más que decente en una ciudad donde las hamburguesas de calidad se abren paso, pero a las que les queda mucho recorrido todavía. Con una imagen brutal, buen local, buen servicio y unas burgers correctas, que pueden mejorar todavía más, pero que nos dejaron bien contentos, Ground Burger se ha ganado, por méritos propios, estar en lo más alto de las recomendaciones hamburgueseras en Lisboa.
PRO TIP: Aunque tienen multitud de cervezas artesanales, las limonadas que ofrecen están de vicio.
PRECIO DESGLOSADO DE LA VISITA
1 LIMONADA DE MARACUYÁ: 3.95 €
1 MORANGADA: 3.95 €
1 CHEESEBURGER: 13.95 €
1 CHILICHEESE BURGER: 15.95 €
1 PATATAS FRITAS CON AJO: 4.95 €
TOTAL: 42.75 €
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