Como buenos carnívoros, siempre buscamos aquellos lugares donde zamparnos un buen trozo de carnaza sea algo más que una simple experiencia. Así que, tras fijar en nuestro radar unos cuantos spots, nos decidimos por La Carne X Castigo, un pequeño local ubicado en Navalcarnero, tierra con gran tradición en esto de las carnes para dar rienda suela a nuestras hambres feroces. Y cuál fue nuestra sorpresa al ver que estaba hasta arriba de amantes de la comida en grandes cantidades. No sabemos cómo estará su otro restaurante, sito en Sevilla la Nueva, pero este estaba abarrotado. Un no parar de llamadas para reservar, pedidos on line, etc nos dieron la bienvenida con tanta suerte como para poder ocupar la única mesa que estaba libre cuando llegamos.
Al hojear la carta, vemos que su nombre no es casualidad. Entrantes, platos principales, chuletones y una larga lista de burgers plagan el díptico que se llega a quedar pequeño ante tanta oferta. Deteniéndonos en las hamburguesas, tenemos las "normales" con varios tamaños y tipos de carne, así como multitud de combinaciones. Además, podemos elegir las especiales, con posibilidades brutales. Todo con precios adecuados y que pueden llegar a ser toda una grata sorpresa.En cuanto vimos los Pork belly en la carta, no nos pudimos resistir a empezar por ellos. Vienen siendo unos torreznos de toda la vida, pero con el nombre el inglés como que viste más, ¿no? Tonterías aparte, encontramos una más que abundante ración de cuadraditos con una grasa mantecosa y una carne en su punto. Sí que es verdad que nosotros los habríamos pasado un poquito más por el calor, pero eso ya va en gustos. Estaban acompañados por pimientos fritos y piquitos de pan. Súper consistente y estupenda manera de empezar.
Seguimos con una de las opciones hamburgueseras "normales": la Natural, con brotes, tomate, queso Cheddar, Gouda y pimientos confitados. Combinación básica y efectiva, que recibe su punto original gracias al contraste dulce de los pimientos. La carne, por supuesto, es el eje central, con la profundidad que podríamos esperar de un concepto como este. Y eso que elegimos la de menor grosor (180 gramos), pero aún así logra fundir su presencia con los quesos para conseguir un bocado jugoso y sabroso.
Sí que es cierto que nosotros somos más partidarios del bacon crujiente y pasado por la plancha durante más tiempo, pero es un detalle menor. La carne, como decimos, tiene consistencia y un picado un poco más fino de lo que nos gustaría. El punto de cocción es el solicitado, demostrando que en la cocina saben lo que se hacen. Eso hizo que nos diese la sensación de que todo iba demasiado rápido (quizás para atender a la mayor cantidad de gente posible).
En el otro lado de la mesa tuvimos como contendiente al monstruo de la carta: la Smash bacon cheeseburger. Una torre de cuatro patties de 90 gramos cada uno, bien aplastados, aunque sin costra por ningún lado. Acompañando siempre ese bacon muy poco hecho y bien de queso fundido. Todo un espectáculo a la vista y al gusto, pero que se queda a medio camino por culpa de ese efecto Maillard frustrado. Y es que, con tal cantidad de opciones hamburgueseras y esa gran afluencia de gente, es muy complicado mantener una tempratura en la plancha apta para el caramelizado de la carnaza y que salga todo a la perfección.
Aún así, el sabor es espectacular y se deja comer bien, teniendo unos discos jugosos y con un buen sabor, a los que abrazan, como en el caso anterior, un pan de tipo brioche, sin tostar y que a duras penas aguanta todos los jugos propios de este tipo de calidades. Acompaña, pero no da lustre.
Además, todas las hamburguesas vienen acompañadas de patatas fritas en forma de rejilla. Esto es: congeladas y con gran contenido de maíz y otros ingredientes en su mezcla. Pero bueno, al menos están fritas y sirven como buen complemento a toda la manduca que nos llega.
En definitiva, la carne aquí, además de en el nombre, tiene presencia desde que atravesamos la puerta. Es su sello y se nota en cada cosa que probamos. A pesar de ello, las hamburguesas que catamos estaban bastante bien, aunque sin alardes, pero no es problema de la carnaza, sino del resto de elementos que la pueden acompañar. Vimos en otras mesas muchas más opciones más brutales, por lo que este local se posiciona como punto de referencia para quien quiera darse un homenaje carnívoro brutal, aunque le puede faltar medio punto para ser una referencia hamburguesera como los dioses mandan. Además, los precios son bastante ajustados para los tiempos que corren y el servicio es pura simpatía, así que tienen todos los puntos para crecer y llegar al momento que se merecen.
PRECIO DESGLOSADO DE LA VISITA
1 REFRESCO: 2.4 €
1 CERVEZA: 2.2 €
1 PORK BELLY: 8.9 €
1 HAMBURGUESA NATURAL (180): 8 €
1 SMASH BACON CHEESEBURGER: 14.9 €
TOTAL: 36.4 €
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