Hace tres años ya desde que nos enamoramos de La Nave, un local, situado en un polígono industrial de Pinto, que ofrece una experiencia hamburguesera casi clandestina y cuyas burgers nos hicieron calificarlo como la joya del sur de Madrid.
Pues bien, en este tiempo, han evolucionado su primera ubicación, hasta que, por fin, han abierto su segunda ubicación, igualmente, en una zona industrial de Leganés. Ampliando el espacio, con una decoración más cuidada y en definitiva, subiendo el nivel, nada más entrar por la puerta.
Además de estéticamente, La Nave ha sabido crecer en lo relativo a su oferta gastronómica, ofreciéndonos una carta mucho más completa, además de conservar sus precios y sus calidades. Así que la excusa estaba servida para acercarnos y zamparnos una de sus últimas creaciones: la Khal Drago. Este homenaje a Juego de tronos, que nos brinda tres patties de carne de vaca, madurada durante 40 días, bien aplastados, aunque sin ser ultra smash, como nos gusta. Además, incluye queso cheddar, bacon, pepiniloos y todo regado por salsa burger.
Un clásico, que recuerda a un Big Mac sin verduras, con el que el pringue está garantizado, debido a la grandísima cantidad de salsa y jugos que contiene. Tenemos un bocado ideal, aunque esa carnaza madurada queda ensombrecida por tanta salsa. Es un placer ponerse como un niño pequeño a cada bocado y tener que limpiarnos a cada momento. Quizás es el panecillo, de tipo brioche y tostado con mantequilla el que ensombrece un poco el conjunto. Primero, por ser demasiado grande como para albergar tres carnes finitas que, encima, sobresalen en diámetro. Además, creemos que tuvimos mala suerte y en nuestro caso, se olvidaron de tostarlos, porque nos llegó frío y se nos hizo demasiado mazacote en boca.
En definitiva, esta segudna apertura de La Nave sigue manteniendo las expectativas bien altas y cumple, con creces. Buena calidad, que, creemos, ha aumentado con el tiempo, buen y rápido servicio y unas hamburguesas contundentes, demasiado, que se acompañan con una pequeña ración de patatas fritas tipo dip, que, sin ser una maravilla, cumplen con su función. Mantenemos que es la joya (no tan escondida) del sur de Madrid y un must para todo aquel amante de las hamburguesas que se quiera dar un homenaje y recubrir la experiencia de un halo friki que, a nosotros, nos encanta. Y es que no hay muchos sitios que ofrezcan una burger con patatas fritas y una bebida por 13.5 €, como fue el caso de lo reseñado. Sí, somos fans de La Nave y de aquí no nos mueve nadie.
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