Ya va siendo hora de tener claro que la hamburguesa se ha convertido en un plato fundamental en la carta de cualquier restaurante que se precie, pero si encima se adueña de la oferta gastronómica de lugares con una profundidad impresionante, es para hablar de la carne emparedada como algo más que de una moda. Esto es lo que pasa con La Pilla de Almagro, un establecimiento con tantas cosas ricas en su menú, que ya hace difícil la elección a la hora de zampar. Y aunque para nosotros es fácil, porque la elección siempre está clara, para cualquiera con ganas de probar otra cosa será muy complicado.
De reciente apertura, este antiguo y mítico pub irlandés ha recibido un lavado de cara y un cambio de concepto radical, con una cocina muy interesante y unas burgers que quitan el sentío. Todo en un ambiente cómodo y muy luminoso, con una decoración muy cuqui, que invita a pasarse las horas muertas dentro. De la terraza no hablamos, porque ya hace fresco, pero también nos pareció muy interesante.
Con un salón que flanquea su clásica barra y una planta baja digna de ver, cada rincón aquí está especialmente cuidado. Los espacios son lo suficientemente amplios como para no escuchar las conversaciones de los comensales de al lado y sentarse en esas sillas con mesas tan amplias es todo un gustazo. Todo un diez para la decoración y el ambiente, que se completan con un servicio a la altura, simpático y atento en todo momento.
En la carta, como os decimos, encontramos todo tipo de cosas ricas y variadas, hasta que nuestros ojos se detienen en las cuatro hamburguesas que ofrecen, a cada cual más original y que tuvimos la suerte el valor de probar en todo su esplendor. En cuanto a los precios, sí que es verdad que son un poco más elevados que de costumbre, pero la materia prima y el cuidado de todos los platos lo justifican con creces. Ideal para una velada especial o para disfrutar con amigos de una celebración. Además, tienen un menú muy completo e interesante, además de una carta de vinos y espumosos muy por encima de lo habitual.
Como os decimos, a pesar de tanta oferta, nos lanzamos a por las cuatro opciones hamburgueseras, es decir, a por la Burger La Pilla, al Whisky, la de pato y la de cordero. Seguro que ahora mismo estaréis pensando que es mucho y no os falta razón. No pudimos probar ni entrantes ni postres, pero seguro que os gusta lo que contamos, porque a nosotros nos encantó.
Empezamos por la primera, la de la casa, la hamburguesa La Pilla. Todo un pedazo de carne de 200 gramos de ternera bañado en queso Cheddar fundido y secundado por bacon, cebolla caramelizada, rúcula y tomate. A simple vista puede parecer algo sencilla, de hecho, lo es, pero no os engañamos al decir que el sabor de esta hamburguesa es espectacular.
La carne está muy bien condimentada y picada, jugando a la perfección con ese queso fundido que estaba de muerte. Además, el bacon no es nada grasoso y aporta gran sabor, convirtiendo al conjunto que forma con la cebolla y la verdura en lago casi orgásmico.
El pan, de nuestros queridos amigos de Viena la Baguette, está ligeramente tostado (casi de manera inapreciable), muy fresco y como siempre, aguantando hasta el final de nuestras embestidas más feroces.
Junto a esta clásica, llega la hora de las elaboraciones mas originales, comenzando con la Burger al Whisky, que nos llega conformada por queso Gruyere, champiñones, salsa barbacoa al whisky, cebolla caramelizada, lechuga y tomate.
A pesar de que, sobre el papel, esta burger nos podría enamorar, sí que es verdad que el conjunto de la misma nos deja un poco menos contentos. Para empezar, la salsa casi no transmite nada de whisky y aunque estamos ante un queso más potente que en el caso anterior y a pesar de estar maravillosamente fundido, apenas se nota su presencia más allá de lo visual. En cambio, los champiñones sí que juegan y de qué manera, en el conjunto del plato. Hasta tal punto tienen importancia estos hongos, que nosotros habríamos optado por quitarlo todo y dejarlos con la carne. Puro espectáculo.
En cuanto al punto de la carne y a pesar de estar cocinada en una plancha de gas, hemos de decir que está muy conseguido, por no decir clavado y la protagonista del plato nos llega en su justa temperatura y punto de cocción, otorgándole el sabor que tanto nos gusta.
Llega el momento de hablar de las patatas fritas, que en ambas opciones se nos presentan en cazuelitas, buena ración y totalmente caseras. Con la única ayuda de un poquito de sal, son el complemento perfecto. Ya en el caso de las dos siguientes víctimas, podréis ver que las papas cambian para acompañar aún mejor a nuestras burgers, lo cual ya es un punto a su favor.
Empezamos el recorrido "exótico" con esta hamburguesa de 200 gramos de carne de pato deshilachada con foie, tomate, lechuga y cebolla caramelizada. No os podemos mentir cuando os decimos que el sabor de este plato es simplemente espectacular. El confit juega realmente bien con el foie, sin restarse protagonismo el uno al otro. Además, el pato está muy bien cocinado y aporta un gran sabor a cada bocado, consiguiendo el efecto en boca de encontrarla cada vez mejor.
Sólo para estómagos resistentes, esta bomba calórica hará las delicias de muchos. A nosotros ya nos tiene enamorados y somos capaces de volver sólo para repetir.
Que no os engañe el estilo de la burger, aquí todo está compacto, nada se desparrama por el plato no encontraréis diferencia con una carne más "clasica".
Y como antes hablábamos las patatas fritas, ahora toca comentar la personalización que tienen en este caso. Presentadas de la misma forma que en las anteriores, aquí van aderezadas con un poquito de perejil, consiguiendo un gran contraste y haciendo que se convierta en un vicio eso de mezclar sabores.
Por último, vamos con una hamburguesa moruna, de cordero, también deshilachado y con 200 gramos de peso, secundado de forma extraordinaria por una salsa fresca tzatziki, rúcula y tomate agridulce, que consiguen transportarnos a al Marruecos más romántico.
Aquí nos encontramos con un cordero muy bien asado y con gran potencia de sabor, que nunca pierde presencia. Quizás el punto negativo se lo lleva en cuestión de cantidades, ya que al tratarse de una carne muy pastosa, puede llegar a dejar "ñusgado" a más de uno. A pesar de eso, el contraste que se crea con la salsa es espectacular, convirtiéndose en una opción imprescindible para los amantes de este tipo de carne.
En este caso, las patatas se nos presentan aderezadas con pimentón y una vez más, juegan muy bien con con la hamburguesa. Son estos pequeños detalles los que ganan puntos y que hacen que soñemos con volver a por cualquiera de las cuatro opciones.
Por desgracia, no podemos hablar del pan como nos gustaría, ya que nos comentaron que es provisional y que todavía están buscando las mejores opciones para estas dos últimas burgers. En el caso de los panecillos que probamos, simplemente tan correctos, buenos acompañando, pero sin ninguna personalidad, teniendo en cuenta los ingredientes que tienen dentro.
A falta de postres, os podemos decir que, en definitiva, La Pilla ha llegado pisando fuerte, con un servicio y un local dignos de descubrir y repetir. Con una carta bastante amplia y variada y una calidad de ingredientes y cocina dignos de un restaurante de gran nivel, con unos precios algo elevados, pero comprensibles por el resto de elementos que comentamos. Y con unas hamburguesas más propias de un restaurante especializado, que rinden muy bien en cualquiera de las versiones, pero con dos (La Pilla y la de pato) que brillan con luz propia sobre el resto. Sin duda, hemos encontrado el sitio ideal para venir en pareja o con amigos y pasar un rato agradable y lo más importante, dejándose sorprender por los sabores de la carta.
PRECIO DESGLOSADO DE LA VISITA
2 BOTELLAS DE AGUA: 6 €
1 BURGER LA PILLA: 14 €
1 BURGER AL WHISKY: 16 €
1 BURGER DE PATO: 18 €
1 BURGER DE CORDERO: 18 €
TOTAL: 72 €
Añadir nuevo comentario