¿Tiene algún límite el número de garitos hamburgueseros en nuestra ciudad? Parece que no, ya que seguimos asistiendo a aperturas nuevas cada poco tiempo. Esta vez y a pesar de estar en pleno agosto, asistimos a la llegada de Lara Grill, un nuevo local, pequeño, tirando a mediano, con una terracita bien maja en plena Calle Santa Engracia. Regentado por unos venezolanos muy majos, el estilo del establecimiento es bastante austero, con mucha pieza de Ikea y una luminosidad espectacular, gracias a sus cristaleras.
Al ojear la carta, nos llama la atención lo inmensa que es, con páginas y páginas donde se nos ofrecen entrantes tales como los eternos tequeños o nachos, demás de pepitos, perritos, ensaladas o nuestras queridas hamburguesas, amén de unos cuantos postres. De precios andamos un poco altos, como no podía ser de otra forma debido a la zona en la que nos encontramos, aunque nos habrían gustado un poco más ajustados. También disponemos de un menú diario un poco más asequible.
Puestos en esta tesitura, nos lanzamos directamente a por las burgers, de un único tamaño, 220 gramos casi todas. Comenzamos con la Red cheesy, que inlcuye una mezcla de tres quesos, es decir, Cheddar, Provolone y Roquefort, además de cebolla frita y rúcula, regado todo con salsa de frutos rojos. El sabor es muy profundo, de hecho, es la que más nos gustó y aunque la carne no aporta un protagonismo absoluto, el equilibrio del resto de ingredientes y la cremosidad de los quesazos hacen de esta hamburguesa un bocado muy apetecible.
Desafortunadamente, la carne es la cara y la cruz de la burger. Por un lado, es jugosa, con su punto de grasa justo y un picado excelente, aunque tiene cierto regusto a proveedor, que llega lista para ser cocinada. Además, no se nos preguntó por su punto de cocinado, lo que hizo que se cumpliesen nuestras sospechas y nos llegase un poco más hecha de lo que nos suele gustar.
Por otro lado tenemos a la Vecchia signora, todo un homenaje a Italia con la salsa de pesto que invade todo el ambiente de la mesa, aunque luego no tenga ese punch en boca. Además, la adición de champiñones, que nos encantan, hace que el sabor baje, consiguiendo que ese tomate deshidratado no logre levantar el gusto general al morderla. Además, en ambos casos, el pan nos llega sin tostar, resultando ser un bollo tierno que llega, en algunos momentos y debido a las salsas y los jugos, a quedarse un poco chicloso.
Eso sí, todas las hamburguesas van acompañadas por una mini freidora de patatas, cortadas en gajos gigantes y aunque se nos quedaron un poco aceitosas, se dejaban comer muy bien, hasta el punto de mejorar al remojarlas en alguna de las salsas que acompañan a las burges en un cuenquito.
En definitiva, aunque pensábamos que Lara Grill iba a ser un intento más de aprovechar la moda hamburguesera para sacar tajada a base de productos mediocres, pudimos comprobar que sus burgers no están nada mal, con algunos detalles que no nos acaban de convencer, pero en general, muy dignas, con sabores interesantes y combinaciones llamativas. Lo más interesante, el tratamiento de los quesos, muy bien fundidos y espectaculares a la vista. Es una lástima que los precios nos lleven a pensarnos bien las cosas, porque por lo demás, sí que merecen una oportunidad (o dos).
PRECIO DESGLOSADO DE LA VISITA
1 BOTELLA DE AGUA 1 LITRO: 3 €
1 HAMBURGUESA VECCHIA SIGNORA: 12 €
1 HAMBURGUESA RED CHEESY: 12.5 €
2 CAFÉS: 3 €
TOTAL: 30.5 €
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