Quien diga que la vida de la hamburguesa se está acabando en Madrid, no sabe de lo que habla. Así de contundentes nos fuimos de L'Atelier, un nuevo local que acaba de abrir en la zona de los alrededores de la Glorieta de Bilbao; sí, habéis leído bien, en la ubicación con más concentración de carne emparedada de la ciudad. Con un estilo muy marcado por lo lúdico, aquí bien se puede venir a comer platos de inspiración urbana y/o venezolana o a tomarte unos copazos en un ambiente de luces fluorescentes y mesas para la ocasión.
Más allá del bebercio, nosotros nos decantamos por la manduca y aquí la carta destaca por sus hamburguesas, con nombres y combinaciones dispares y bastante interesantes, además de precios atractivos, a pesar de no quedar claro si vienen acompañadas de alguna guarnición o si hay que pedirla aparte, como fue en nuestro caso, pero debido a que íbamos aprovechando un 2x1 que nos habían soplado.
Para comenzar, como no podía ser de otra manera, nos lanzamos a por media ración de nachos con muchísimo queso líquido, más salsa agria todavía y un guacamole frío, casi helado. Por encima, tenemos un poquito de verdura picada (no, no era pico de gallo) y unas rajas de chiles jalapeños encurtidos. En general, un plato decente, si no fuera por la cantidad inmensa de cremas y salsas, que hizo desmerecer la sensación de estar comiendo unos totopos de bolsa, pero correctos, para acabar degustando algo más cercano a un puré.
Pasamos a una hamburguesa tan original como sorprendente. Se trata de la Crispy, con pollo rebozado crujiente, queso americano, honey sauce y dijonnaise. Estas últimas salsas son las que le dan un sabor especial al conjunto, que tira al curry y que pega muy bien con el pollo, que hace honor a su nombre. Rica combinación, que nos dejó bastante contentos.
El el otro lado tenemos la opción más "clásica" con la Elías, una mezcla con carne de ternera finita, queso americano, huevo a la plancha pasado, bacon ligeramente tostado y algo insípido y una salsa de maíz que le da empaque a una hamburguesa de la que podríamos esperar más, pero que cumple, a pesar del amargor excesivo de la ¿lechuga? que sirve de lecho y de una carne sosa, que nos deja algo fríos.
Y es que, más allá del sabor de los ingredientes, que no destacan, tenemos una carne que palidece ante la salsa, muy finita, apenas presente en alguna dentellada y de la que ni siquiera apreciamos su textura, quizás algo apelmazada a la vista. Del cocinado, poco podemos excusar, ya que, debido al grosor del patty, no se puede hacer mucho más en cocina.
Abrazando ambas alecciones, tenemos un pan que ellos mismos llaman artesano, esponjoso, que aguanta muy bien el desfase de salsas y muy bien tostado. Aquí sí que encontramos un ingrediente con identidad propia, a pesar de haberlo visto ofertado en alguna que otra gran superficie de venta a hostelería.
Al pedirlas aparte, las patatas nos llegaron en una gran ración, ideal para compartir y muy bien cocinadas. Totalmente caseras y recordándonos a las que nos hacía nuestra abuela, quedamos encantados con este apartado.
En definitiva, nuestra visita a L'Atelier nos deja a medio gas, sobre todo comparándolo con la inmensa competencia que hay por la zona. Encontramos unas hamburguesas normales, tirando a flojas, aunque bien cuidadas, a las que les pediríamos más para poder ser elegidas en futuras visitas cuando elijamos dónde ir si estamos por el barrio. Decente, pero no enamora.
PRECIO DESGLOSADO DE LA VISITA
1 BOTELLA DE AGUA: 1.9 €
1 REFRESCO: 2.5 €
1/2 NACHOS: 5.9 €
1 RACIÓN DE PATATAS FRITAS: 2.5 €
1 CRISPY BURGER: 7.9 €
1 BURGER ELÍAS: 8.9 €
TOTAL: 29.6 €
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