Somos víctimas de las circunstancias y así empieza la historia de Madison, un bar de cocktails abierto poco antes de que esta maldita pandemia nos hiciese cambiar hasta los hábitos más sencillos de nuestras vidas. Según palabras de uno de sus creadores, la situación y el confinamiento, hizo que viesen peligrar su flamante local nada más inaugurarlo, así que se pusieron a pensar y dieron con la clave: hacer hamburguesas para entregar a domicilio hasta que todo pasase. Dicho y hecho, encendieron la plancha y gracias a la cultura hamburguesera adquirida en Brasil, país de origen y vicio de los socios, eligieron la smash burger como especialidad. Para quien todavía no lo sepa, esta variedad se basa en hacer bolas de carne que se aplastan en la parrilla, bien caliente, para crear patties finitos, con una buena costra y añadirle queso y bacon; a partir de ahí, todo es posible. Eso sí, siempre que se pueda, el panecillo tiene que ser un potato bun fresco y esponjoso.
Con un local modesto y una terraza adecuada, estos cocteleros metidos a cocineros nos ofrecen la mezcla perfecta entre culturas, con unos cuantos entrantes traídos desde el país carioca, con detalles muy cuidados, unas hamburguesas para volvernos locos, postres y cómo no, cocktails. Todo con precios adecuados, pero y casi en la línea de nuestra amada ciudad.
Empezamos con una gran y original recomendación: unas coxinhas o algo que nosotros vemos como unas croquetas brasileñas, aunque poco tienen que ver. Se trata de un credo deshilachado y condimentado con mil cosas, hecho bola y rebozado, para comer solo o con una mayonesa con rayaduras de lima que hace que estén aún más tremendas. Servida en cuatro unidades, lo jugoso del interior, el puñetazo de sabor y la lima casi hacen que cancelásemos todo para seguir comiendo este entrante. Brutales.
Empezamos con una hamburguesa que se ha llevado todo tipo de reconocimientos en un festival hamburguesero que se ha celebrado en la ciudad del Pilar (y no es para menos), directamente recomendada por nuestros grandes amigos de High Grossery: la Smash Love. Una maravilla con carne pirenaica, bien de queso americano fundido hasta la perfección, bacon y mayonesa de la casa. Sencilla y efectiva combinación de ingredientes que explota en nuestra boca, con una melosidad de la carne que aumenta por ese queso que se mezcla hasta no saber dónde empieza uno y acaba la otra. Quizás el único punto débil que le encontramos a esta maravilla sea el bacon, demasiado poco hecho para nuestro gusto. Además, se acompaña con unas patatas fritas totalmente caseras, condimentadas con un ligero picante, que están de muerte.
Por otro lado tenemos la Double One, que quiere decir mucho queso, dos patties con una costra que es para hacerle un homenaje y pepinillos. Esto es, la hamburguesa clásica, que está en la memoria de todos nosotros, una vuelta a los sabores primigenios y una delicia a la hora de ser ejecutada. Ojo, esta elección no viene acompañada de patatas ni de nada.
En cuanto al punto de la carne, no hay que olvidar que estamos antes una smash, por lo que no se puede (ni se debe) controlar varias cocciones, pero está en su justa medida, haciendo, como ya hemos dicho, que esté muy jugosa y que el chorreo de jugos, salsas y demás sea un auténtico placer, que se abraza por un panecillo tipo brioche de patata, maravillosamente tostado, esponjoso y que aguanta a la perfección.
En definitiva, este Madison es todo un descubrimiento, proveniente de una recomendación de una gente de la que nos fiamos a ciegas y al que deberíamos volver, al menos, una vez al mes. Buenos precios, buena gente atendiendo y unas hamburguesas que nos dejan absolutamente locos. Además, pudimos probar un chupito a modo de muestra de los cocktails que hacen y sólo podemos decir que la revisita es obligatoria.
PRECIO DESGLOSADO DE LA VISITA
1 CERVEZA: 2 €
1 REFRESCO: 1.8 €
1 COXINHAS: 5.9 €
1 SMASH LOVE: 12.9 €
1 DOUBLE ONE: 9.9 €
TOTAL: 32.5 €
Añadir nuevo comentario