LA PEPITA: Unas hamburguesas no tan gallegas como esperábamos [CERRADO]



Hoy os hablamos de uno de esos casos de expansión local que, dado su éxito, aterrizan en Madrid con las cosas muy claras y rodadas. Nos referimos a La Pepita, un Burger Bar con una imagen muy marcada y con el sello de la calidad gallega por bandera. Ante una cara tan cuidada que tienen en redes sociales e internet y la promesa de productos del norte, no pudimos resistir la tentación y nos lanzamos como esos marineros que, hipnotizados, acuden al canto de las sirenas.

El local que tienen en la capital y que no lleva mucho tiempo abierto, cuenta con una ubicación ideal, muy cerca de la Calle Orense, concretamente, en Alonso Cano, por lo que atrae tanto a gente que está de paso como a los más hambrientos hamburgueseros que ya lo conocen por otras vías. El interior es, como en el resto de restaurantes de la marca, bastante acogedor, con azules y blancos dominando toda la sala, ladrillo visto y sillones muy cómodos. Al tratarse de una especie de franquicia, estos detalles están muy bien cuidados.

Collage Local La PepitaY precisamente ese cuidado por los detalles se ve hasta en la carta, la cual se nos presenta como una oferta de comida sana y de calidad. Entre las propuestas, obviamente, abundan las hamburguesas, de nombres y variedades muy curiosas y que, sobre el papel, nos parecen muy interesantes. Eso sí, el primer obstáculo que vemos a nuestro futuro disfrute es que las burgers van muy solas en el plato y que si las queremos acompañar con algo, lo tendremos que pedir aparte, con su correspondiente recargo. No se pueden elegir tamaños (la cosa depende de la elección y puede ir desde los 180 a los 220 gramos), aunque sí los panes, pero un consejo, andaos rápidos, porque si no lo decís, puede que acaben poniendo el que se les antoje en cocina, como nos pasó a nosotros.

Collage Carta La PepitaTenemos que destacar las opciones de entrantes, los cuales nos sorprendieron bastante por salirse de lo que, habitualmente, estamos acostumbrados a ver, así como la sección de cervezas, que mezcla las ya clásicas gallegas con algunas artesanales muy interesantes y variadas.

Tras esto, nos pusimos en manos de la chica que nos atendió, muy simpática y agradable, lo cual permitió que nuestras expectativas creciesen sustancialmente. Una pena que, en el transcurso de la velada y conociendo a más miembros del equipo, no se repitiera y acabásemos comprobando que esta chica, de tatuajes impresionantes, es la excepción dentro del staff del local.

Bueno, bien aconsejados, como decimos, nos aventuramos a probar una tempura de vegetales, algo que no solemos hacer, pero que, en un lugar que se vanagloria de servir comida sana, no podíamos dejar de probar.

Tempura de Verduras La PepitaPara no estar acostumbrados a comenzar nuestras andanzas hamburgueseras con estos entrantes, hemos de decir que nos sorprendió bastante esta tempura suave y esponjosa que, aún no siendo como la que podemos encontrar en los países de donde es típica, sí que se hace muy apetitosa. La selección de vegetales también está bien, muy frescas y con todo el sabor que se le supone a la berenjena, el pimiento, la cebolla, etc. Una forma diferente de empezar, a la par que agradable.

Y ahora vamos a lo que vamos, a las hamburguesas, que, como os hemos dicho al principio, además de ser las protagonistas absolutas de la carta, también vienen acompañadas de la bandera gallega de la calidad, tanto en sus carnes, como en el resto de productos que las conforman. Para esta ocasión, nos decantamos por una Chaparrita (180 gramos) y una Pampera (180 gramos).

Hamburguesa Pampera La PepitaLa primera, como veis en la imagen, viene bien pertrechada por queso Provolone con chimichurri, que estaba realmente bueno. En cambio, la carne gallega, que se supone que debe ser protagonista del plato, nos dejó un poco desencantados. Muy compacta y picada en exceso, no se corresponde por lo que nosotros tenemos en la cabeza por una burger gourmet y se nos va más a típico producto de franquicia, una pena. Además, el punto de la misma no está nada respetado y se nos presentó bastante más hecha de lo que la solemos pedir.

Detalle Corte Burger Pampera La PepitaTodo el conjunto viene sobre una cama de lechuga, cebolla y tomate bien picados y que sí aportan frescura a un global algo decepcionante. Eso sí, el pan viene tostado, lo cual es de agradecer, aunque, para ser fresco y hecho en el día, la verdad es que lo vimos un poco apelmazado y complicado de morder.

Hamburguesa Chaparrita La PepitaA pesar de venir con bacon, nosotros pedimos esta Hamburguesa Chaparrita sin él, pero no nos hicieron mucho caso, como se puede apreciar en la foto. Salvo por ese detalle y con los mismos defectos carnales de su antecesora, esta vez sí que salvamos el guacamole y los jalapeños, que aportan picante y frescura al conjunto y la hacen realmente sabrosa.

Cuestión aparte es el pan, diferente al de la burger anterior, más blando y adecuado y con unas semillas de amapolas, que nos robó el corazón. Eso sí, no lo habían tostado, cosa rara porque si una venía así, estamos seguros de que fue un descuido más que un mal hábito.

Como os hemos comentado, nuestras queridas hamburguesas vienen solas, por lo que nos vimos "obligados" a pedir unas patatas fritas extra, para comprobar si merece la pena que la cuenta suba con estos acompañamientos. Como había dos tipos de fritas en la carta, a por ellas nos lanzamos y así nos llegaron las clásicas en bastones y las gruesas (o gajo, como se las conoce en muchos sitios).

Patatas fritas La PepitaAmbas opciones se presentan en una ración generosa, de hecho, nosotros no pudimos con todo. La versión en bastones nos agradó a medias, por un lado muy bien fritas y nada aceitosas, pero por otro, notamos cierta textura que indica que son congeladas, lo cual es inaceptable en un sitio que alardea como hace de servir calidad y comida sana. Una pena.

Patatas gajo La PepitaBien doradas e igualmente nada grasosas, estas papas aportan ese crunchy que nos tiene enamorados. Aun así, adolecen del mismo problema que sus "hermanas mayores" y eso de que sean congeladas a nosotros no nos va mucho. Como decimos, nos dejan un poco fríos con estos detalles, pero tenemos esperanza de que se puedan mejorar. De hecho, pensamos que no es por precio, ya que no debe ser mucho más caro tener tus propias patatas, pelarlas y cortarlas que tenerlas congeladas, por lo que no hay excusa, la calidad está en estos pequeños detalles.

Como acabamos llenos y era de noche, no llegamos a los postres, por lo que podemos sacar varias conclusiones ya. La Pepita y sus creadores se sienten orgullosos de ofrecer un producto que, al menos nosotros, no hemos visto tan excepcional. Se trata de unas hamburguesas que podrían dar de sí mucho más, sobre todo viniendo de una tierra en la que la carne es casi una religión. Quizás en cortes de vaca y en pastos sí que nos puedan dar ejemplos, pero en cuestión de burgers, estos gallegos tienen un largo camino por recorrer, teniendo en cuenta la tremenda competencia que hay por la ciudad y lo exigente de los paladares que se mueven por las calles de nuestra querida capital. Eso sí, la imagen y el local invitan a quedarse y las cervezas que se pueden degustar son todo un placer, por lo que o nosotros tuvimos muy mala suerte en nuestra experiencia o La Pepita necesita mejorar un par de puntos para situarse donde debería.

 PRECIO DESGLOSADO DE LA VISITA

1 TEMPURA DE VERDURAS: 8 €

1 HAMBURGUESA PAMPERA: 7.5 €

1 HAMBURGUESA CHAPARRITA: 8 €

1 PATATAS FRITAS NORMALES: 2.5 €

1 PATATAS GRUESAS: 3 €

2 CERVEZAS 1906 RESERVA ESPECIAL: 5 €

TOTAL: 34 €

Puntuación: 
3

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