Ya han pasado algunos meses desde que os hablamos de Gramabar, un restaurante venezolano que mezcla lo mejor de la gastronomía del país con unas hamburguesas (y demás comida norteamericana) que son para tener bien en cuenta. Pues bien, ahora regresan con un concepto totalmente diferente y dispuestos a captar a los más hipsters que se dejan ver por la zona de la Calle Fuencarral y alrededores. Street by Gramabar nos ofrece un local más bien pequeño y minimalista, donde sus repisas con salsas son su mayor atractivo y el que podremos degustar burgers, perritos, sus famosos tequeños y unos dulces que son dignos de alabanza. También tenéis la opción de una terraza también chiquitita, pero muy cómoda y agradable, en la que, si el tiempo acompaña, estaréis de lujo.
Y es que aquí la cosa está muy clara, si tenéis prisa y queréis un bocado rico y rápido, no lo podéis dejar escapar, aunque también os podéis quedar el tiempo que queráis, sobretodo degustando una de sus tartas, de las que luego os contaremos con detenimiento.
Sobre los precios, tenemos que admitir que nos parecieron algo elevados, ya que se trata de raciones más bien pequeñas que, en el caso de las hamburguesas, sí están más compensados (5 €), pero que, cuando hablamos de los perritos calientes, ya nos parece otra cosa. Eso sí, en este caso, si no nos gustan las opciones que nos ofrecen, siempre nos podemos hacer nuestro perro a nuestro gusto, lo cual es de agradecer.
El caso es que, ante tantas opciones y conociendo los sabores de su "hermano mayor", no sabíamos por dónde empezar, así que nos animamos con unos tequeños, un perro choripan y un par de burger, aunque cuál fue nuestra sorpresa cuando, después de haber realizado la comanda, se nos comentó que no había ni bacon ni carne, así que sólo nos pudimos conformar con la especialidad en forma de pollo. Una pena, pero bueno, tendremos que volver a comprobar las calidades, como ya nos ocurrió con esta visita.
Por si alguien ha estado en una cueva y no nos ha leído en los últimos años o no ha salido mucho a probar delicias provenientes del otro lado del charco, explicaremos que los tequeños son uno de los platos de que los venezolanos más orgullosos se siente y no es para menos. Estos pequeños "fingers" de queso con una masa hojaldrada están realmente espectaculares.
Servidos en una ración que, para compartir, se queda un poco corta y obviando este detalle, es el entrante perfecto para cualquier ocasión, con el queso bien fundido y la cantidad de masa adecuada. Además, os recomendamos experimentar con las salsas y combinar todas con cada bocado, además de ser súper divertido, se consiguen sabores deliciosos.
Después llegó el turno del perro, como aquí llaman a los hot dogs, en este caso y como hemos dicho más arriba, del choripan, que tiene nombre bocadillo típico argentino, pero que aquí no es más que dos salchichas, queso Cheddar y tres salsas (ketchup, mostaza y mayonesa), coronado por papitas (patatas paja) y chips.
Aquí no hay mucho misterio, las salchichas están bastante buenas, saliéndose de las habituales de marca barata de súper mercado (aunque no llegan al nivel gourmet que muchos esperáis) y el pan está ligeramente tostado por dentro. Lo mejor, una vez más, las salsas y el volvernos locos con las mezclas.
Y como no hubo muchas más opciones, pasamos a la hamburguesa de pollo, que, al igual que el perro anterior, tampoco aportaba mucho misterio en su elaboración, tratándose de un filete empanado, tipo nugget pero aplastado y eso sí, congelado, lo cual nos dejó un poco fríos (perdón por el chiste), acompañado por una loncha de queso que no llegaba a estar fundida, lechuga, cebolla y tomate.
Lo mejor en este caso es el pan que, aunque no viene tostado, tiene gran sabor, más aún cuando las semillas de sésamos rompen en el mordisco y su sabor se mezcla con el resto de ingredientes hasta tal punto que adquiere un protagonismo absoluto.
Por desgracia, estas burgers no se acompañan de patatas fritas, por lo que nos quedamos con las ganas de repetir la experiencia casera que tuvimos en el Gramabar original, pero bueno, con estos precios, esta hamburguesa es mucho más que aceptable. Eso sí, las podéis pedir aparte, pero con lo que llevábamos encima, no nos cabía mucho más en el estómago.
Y ahora viene lo mejor, junto con las salsas, de nuestra visita a este nuevo local, el postre. Aunque no les quedaba la tarta de tres leches de dulce de leche (otra vez hicimos gala de nuestra mala suerte), tuvimos la posibilidad de probar el Brownie cheescake. Sí, como suena, un híbrido en el que se juntan dos de nuestros postres favoritos y que nos llegó a la mesa tal como veis aquí abajo, presentado de la forma más informal y a la vez más original que hemos visto.
Sólo hay dos palabras que lo definen: denso y espectacular. Sí, esta mezcla es un bocado exquisito, en la que cada bocado es mejor que el anterior y donde el equilibrio reina por sí mismo. Una vez que lo probéis, querréis más y más, masticando hasta casi hacerse una bola el chocolate y la cremosidad de la tarta de chocolate. No se puede describir peor, lo sabemos, pero es que, ya por este postre, Street by Gramabar se merece que os acerquéis y lo conozcáis por vosotros mismos.
En definitiva, la nueva apuesta de estos venezolanos tan valientes ofrece una variedad de productos limitada, aunque aceptable, que viene a cubrir un espectro aún por explotar en las calles de nuestra ciudad, donde podremos salsear y pasárnoslo de vicio con perritos y burgers y redondear con unos dulces que prometen hacer las delicias de los más golosos. Grandes combinaciones donde el único punto negro sean los precios, aunque tampoco son tan elevados como para no darle una oportunidad y judgar por vosotros mismos.
PRECIO DESGLOSADO DE LA VISITA
2 BOTELLA DE AGUA: 4 €
1 TEQUEÑOS: 4 €
1 PERRO CHORIPAN: 5 €
1 HAMBURGUESA DE POLLO: 5 €
1 BROWNIE CHEESCAKE: 5 €
TOTAL: 23 €
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