Algo habíamos oído sobe Dingo, un nuevo restaurante, situado en la exclusiva Calle de Velázquez, pero lo que más nos había llamado la atención fueron las fotos del local, junto con una propuesta gastronómica puramente norteamericana que no nos hizo dudar ni un momento, teníamos que ir. Sí, esperábamos unos precios altos y no, nos importaba. Con estas premisas llegamos a un establecimiento maravillosamente decorado, que rezuma clase por todos lados. Con una entrada presidida por una barra estupenda y unas cuantas mesas que dan la bienvenida a los comensales que se encaminan hacia un comedor enorme, con las mesas excesivamente juntas, tanto que nos podíamos apoyar en la contigua que, gracias a los dioses hamburgueseros, estaba sin ocupar. Aquí todo gira en torno al lujo, con materiales a la altura y detalles por doquier. Todo, eso sí, con el sello de Mahou o su vertiente más "gourmet", la de Casimiro Mahou y Founders, una cerveza excepcional.
Así, podemos esperar lo que vimos, una carta muy interesante, pero con unos precios elevados, sobre todo en el apartado de las bebidas, donde podemos pagar, tranquilamente, 8 € por una Founders All Day IPA. En cuanto a la oferta, un poquito de todo desde el otro lado del charco, como no podía ser menos, con ensaladas de langosta, carnes a la parrilla, donde destaca el Tomahawk, hamburguesas, sides o acompañamientos como el Mac & Cheese y un largo etc.
Como estábamos indecisos, nos animamos con las croquetas de pulled pork, por supuesto, los onion rings, el Mac & Cheese y la hamburguesa. Un variado que comenzó con nuestras amigas de bechamel (5 unidades) y cerdo desmenuzado que nos dejaron unas sensaciones contrastadas, ya que estaban muy bien hechas, se nota que son caseras y la crema en su punto, pero lo que le da originalidad, ese pulled pork, prácticamente estaba desaparecido y si encontramos un poquito, siempre era en el primer o último mordisco. La sensación final fue que es mejor hacerlas más pequeñas y que los ingredientes estén repartidos, porque se quedan un poco insuficientes.
Aunque se trata de un acompañamiento, los Mac & Cheese de Dingo vienen en una ración aceptable, ideales paa compartir e ir abriendo el apetito. De primeras, resultan bastante ricos, en gran parte a la carne con barbacoa que los corona, pero el problema es que viene tan poco que se acaba muy rápido, dejándonos una pasta sosa que sólo podremos mezclar con otra salsa que viene debajo a base de leche evaporada o algo parecido. Otro plato que juega a ser algo y se queda en agua de borrajas. Eso sí, el queso, aunque escaso, estaba espectacularmente fundido. Desearíamos que los macarrones se hubiesen cocinado con este lácteo, porque estarían brutales.
Y seguimos con las decepciones, ahora en forma de aros de cebolla, en gran cantidad, eso sí, pero con un rebozado o empanado muy grueso, que hace que al final estemos pensando que comemos pan sin más, porque la cebolla, a pesar de querer luchar por tener protagonismo, se acaba quedando con un papel testimonial. Sosos, sin gracia y bastante burdos para comer. Quizás lo que menos nos gustó.
Pero como somos así, lo perdonamos todo si la hamburguesa, la niña de nuestros ojos, está tremenda. Desgraciadamente, no fue así y nos encontramos con un plato de aspecto ideal, muy cuidado y muy bien montado, que se desmorona al primer bocado. Esa carne, muy bien de punto, no lo vamos a negar, excesivamente apelmazada, como si estuviese almacenada en una caja, esperando a ser pedida. Con una textura dura, casi correosa, picada en exceso y lo que es peor, sin ofrecernos ni un poquito de gusto a esa parrilla o grill que nos "venden" en la carta.
Del resto de ingredientes, se salvó el queso, muy bien fundido y el bacon, que aportan su toque de sabor en una medida justa, sin alardes, esperando que la carne esté en el sitio que le corresponde, pero en nuestro caso, no fue así.
Otro detalle que nos sorprendió fue el pan, de buen aspecto, ligeramente tostado y algo de sabor dulce, pero que estaba seco, quizás algo correoso, lo que nos acabó de matar.
Menos mal que esta burger venía acompañada de patatas fritas, aunque también tienen pega. Cortadas en bastones, no estaban mal, pero estaban muy pasadas y duras, sobre todo con mucha grasa, provocado por no tener el aceite a una temperatura óptima. Tuvimos que dejar gran parte, no os decimos más.
En definitiva, al visitar Dingo encontramos una parafernalia a la altura de la zona en la que se encuentra, pero que pierde interés cuando pedimos un par de cosas. Es una pena, porque la carta es muy atractiva y tiene opciones únicas en la ciudad, pero si son como lo que nosotros probamos, mejor esperar. Mucho ruido y pocas nueces para un local que podría ofrecer muchísimo más.
PRECIO DESGLOSADO D ELA VISITA
1 CASIMIRO LAGER: 6 €
1 CASIMIRO ALE: 6 €
1 CAÑA MAHOU: 3 €
1 ONION RINGS: 5.5 €
1 CROQUETAS PULLED PORK: 7.5 €
1 MAC & CHEESE: 5.9 €
1 HAMBURGUESA DINGO: 12.5 €
TOTAL: 46.4 €
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Mediocre
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