Buena carne, bien aplastada POR AMBOS LADOS en una plancha a 300 grados, para obtener esa costra, fruto del efecto Maillard; buen queso, con grasa, cremoso y sabroso; buenas salsas, ya sea ketchup y mostaza o de elaboración propia; cebolla, pepinillos y un toque avinagrado y por supuesto, un panecillo o potato roll de verdad (no de los que se hacen en Málaga). Sí, acabamos de describir lo poco que necesita una smash burger para ser perfecta y aunque parezca mentira, hay pocos locales que logran un conjunto que se acerque.
Menos mal que hemos dejado que Pacífico, un garito situado en pleno centro y abierto por un francés muy loco en esto de aplastar bolas de carnaza contra una plancha bien caliente para conseguir que se asienten y conocer las dos únicas hamburguesas que ofrecen en la carta y flipar con lo que consiguen hacer, rodeados de paredes de cemento, con un aire industrial e informal, que se aprecia hasta en los asientos, conformados por cajas de refrescos.
Si aquí no se andan con tonterías, nosotros tampoco: hamburguesa Classic, con los sabores de toda la vida. Dos patties cocinados con una precisión de cirujano. Costra por dos lados, súper crujiente y jugosa (¿Véis? ¡Claro que se puede!), ketchup, mostaza, cebolla picada, pepinillos y un queso que es una maravilla. ¿Hace falta más? Bueno, todo abrazado por el único panecillo que se puede usar para una smash: Martin's. Un potato roll esponjoso, nada invasivo e increíblemente ligero.
A la vista, una maravilla y al pegar el primer bocado, los cielos se abren para hablar directamente con los dioses hambrgueseros. Amor al primero mordisco, donde todo está en su sitio, con una carne protagonista, que se equilibra con el queso que, sí, vale, podría estar más fundido, pero es que no lo necesita. Los toques de vinagre en su punto y una fusión en boca que nos hizo exclamar de placer.
La otra de la carta, la Pacífico, igual de potente, pero con una salsa de la casa que es gloria bendita y que lubrica, cayendo en el chorreo, cada bocado. Además de una lechuga picada que aporta frescor y clase. Nada de sábanas verdes, la lechuga, como debe estar. Lo mejor de ambas creaciones, lo rápido y fácil que se comen.
Todo un placer para nuestras papilas gustativas que provocó caer en una segunda ronda. Y eso que pedimos sendas raciones de patatas fritas, generosas, caseras, crujientes y deliciosas.
Sí, hubo amor hamburguesero y pasión fuerte, llegando a plantearnos por qué no hemos venido por aquí antes, con su consiguiente fustigamiento. Bueno, tenemos una excusa más (como si la necesitásemos), probar los batidos, que prometen momentos gloriosos.
Nos ha encantado todo en Pacífico. Desde el local, el servicio, los precios hasta, por supuesto, las hamburguesas. No sabemos cuál elegiríamos en una futura visita, porque ambas opciones están de muestre, pero lo tenemos claro: VOLVEREMOS.
PRECIO DESGLOSADO DE LA VISITA
2 REFRESCOS: 6 €
1 CLASSIC BURGER: 9.5 €
3 PACIFICO BURGERS: 31.5 €
2 PATATAS FRITAS: 7 €
TOTAL: 54 €
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