Con el calor que hace, muchos fines de semana nos apetece salir un poco de la ciudad y disfrutar en las localidades cercanas, donde el aire es menos denso, hace un poquito más de fresquito y estar en una terraza es todo un gustazo. Con esas ganas y las de zamparnos una buena hamburguesa, llegamos a El Viajero, en Villanueva de la Cañada, un local famoso de la zona que dispone de otra ubicación dedicada, exclusivamente al delivery. Todo este panorama de éxito y la gran afluencia que vimos, nos preparó para vivir una experiencia única, cargada de comida y bebida, en este restaurante, decorado al más puro estilo norteamericano, con buena música y pintas de cerveza por doquier.
En la carta, que también es el mantel donde comeremos, multitud de opciones, lo cual encontramos problemático, ya que es demasiada información y hace difícil elegir algo. Muchas, muchas hamburguesas, en tamaños dispares, que llegan a sobrepasar el kilo; costillares enormes, ensaladas y unos cuantos entrantes y postres. Todo con precios adecuados, lo que nos permitirá hacer un poco el bestia sin arruinarnos.
Con todo esto, aprovechando que éramos un grupo grande, nos lanzamos a probar los nachos, de ración contundente, con totopos de bolsa y un guacamole demasiado licuado. Quizás el mayor problema es la cantidad, demasiado apabullante, de crema agria, que acaba desparramada por toda la mesa. Una manera decente de empezar, pero sin grandes alardes.
También cayeron unas alitas, muy bien cocinadas y crujientes, que estaban ricas tanto solas como remojadas en la salsa barbacoa que las acompaña. Aquí sí que disfrutamos de cada una de las piezas que incluía la cesta.
Seguimos con la carnaza con hueso; las costillas BBQ acompañadas de patas fritas, de receta texana, en la que la carne viene tostadita y pegada al hueso. Estaban en su punto y aunque, en algunas partes, estaban demasiado hechas y duras, se dejaron comer sin ningún problema.
Pasamos, ahora, a las hamburguesas, unas cuantas aparecieron en nuestra mesa, como la Gozilla de 800 gramos. Una bestia que hace honor a su nombre, incluyendo dos patties de carnaza, queso, bacon y salsa de la casa. Muy pringosa, muy grande y poco más. Echamos de menos un poco más potencia en esa carnaza, que para eso es la protagonista y un mejor equilibrio entre el resto de ingredientes. Normalita, pero podríamos esperas más.
Y es que esa carne, en grandes cantidades, pierde ese sabor a parrilla que nos prometen y se funde, grasa por medio, con la salsa y resto de jugos, resultando una pérdida total de presencia en favor del reto personal que supone acabarse una barbaridad así.
Otro ejemplo de monstruosidad fue la Khalessi, del mismo tamaño que la anterior e igual de pringosa. Aquí hay una clara: se viene a ponerse las botas y sí, se consigue con creces, aunque un poquito más de cuidado en los detalles no estaría mal, como el tostar un poquito el pan para que, así, aguante más todo ese desparrame o las patatas fritas congeladas que, aunque son cantidad, sería mejor reducirla para disfrutarlas más caseras.
Por si estabais dudando de nuestros estómagos, también pedimos unos cuantos postres, caseros y ricos, como el brownie, para aportar la frescura necesaria a una comilona impresionante. Buena textura y sabor, que se complementa con un helado a la altura.
En definitiva, El Viajero tiene éxito y no es para menos, ya que ofrece cantidades pantagruélicas a precios razonables. Quizás somos nosotros, acostumbrados a otras bestialidades más cuidadas, los que tenemos el problema, ya que, más allá de las cantidades, echamos de menos un poquito más de calidad y cuidado para salir, además de rodando, encantados con la experiencia.
PRECIO DESGLOSADO DE LA VISITA
1 PINTA DE CERVEZA TOSTADA: 3.5 €
1 REFRESCO: 1 €
1 ALITAS: 8.5 €
1 COSTILLAS BBQ: 9.5 €
1 HAMBURGUESA GOZILLA MONSTER (800 GR.): 14.5 €
1 HAMBURGUESA KHALEESI (800 GR.): 14.5 €
1 BROWNIE: 4.5 €
TOTAL: 56 €
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