Los food trucks tuvieron su momento en Madrid y parece que han desaparecido sin, apenas, darnos cuenta. Ya en esa época pudimos conocer el camión de Six & Co., que ahora nos sorprende, desde hace un año, con un concepto callejero, alojado en una nave industrial de un polígono de Rivas-Vacíamadrid en el que mantiene toda la esencia street food, pero con las comodidades de un restaurante. La carta promete desde el primer momento, con variedad de cervezas artesanales y manduca para comer con las manos, como a nosotros nos gusta, donde las hamburguesas tienen reservado un espacio especial, proponiendo recetas originales, 200 gramos de carne de ternera cocinada a baja temperatura y precios más que aceptables.
Comenzamos la visita con un bocadillo o entre pan de bacalao confitado al ajo, cocinado a baja temperatura con espinaca, crema de piquillo y cebolla crujiente. Muy suave, pero con el sabor del pescado presente en toco momento. Un bocado sencillo, pero rico que, aunque es un plato en sí mismo, es estupendo para compartir a modo de entrante.
Ahora pasamos a las hamburguesas, comenzando con la Van Gogh, que hace su particular juego por incorporar a ese patty de 200 gramos de ternera cocinada, también a baja temperatura, un puñado de oreja a la plancha, chips de remolacha, pipas de girasol y salsa bravanesa, consiguiendo que esa carnaza tenga un sabor muy fino y equilibrándose con el resto de ingredientes, entre los que destaca esa oreja melosa, que da profundidad al conjunto.
Y ese que es lo que tiene cocinar a baja temperatura, que la carnaza queda muy, muy jugosa y rosada por dentro, pero su sabor se difumina, quedando lo justo para notarla, pero sin alardes. Además, el picado está bien, aunque se acerca peligrosamente a lo excesivo, lo que podría dificultar la circulación de calor por su interior.
Por otro lado tenemos la Que Sera, con una combinación de queso Havarti, azul suavizado con nata y americano, nueces, cebolla caramelizada y rúcula, que hará que los amantes del quesazo sueñen con ella y su maravilloso sabor a este lácteo. Una maravilla que sorprende, no sólo por su combinación, sino por esas nueces, que juegan a la perfección en cada mordida.
Ambas opciones presentan un pan diferente, aunque bastante parecido. Tanto el americano clásico de una, como el brioche de la otra, se presentan sin tostar, pero muy tierno, acompañando en cada bocado sin destacar. Buen compañero de viaje que complementa el conjunto que se presenta con patatas fritas cortadas al estilo dipper, melosas por dentro y crujientes por fuera. Y como somos así, acabamos con un postre, a pesar de ir bastante llenos. Los tequedulces son una variante a los famosos palos de queso venezolanos que invaden todos los locales de nuestra ciudad, pero que, esta vez, van rellenos de crema de chocolate con nueces. Un final muy dulce, aunque bastante contundente.
En definitiva, Six & Co. sigue ofreciendo la misma fórmula festiva y callejera que tenía cuando los veíamos en esas reuniones de food trucks. Música, mesas corridas, una carta completa, desenfadada y cuidada que hará que queramos pasar mucho más tiempo del que pasamos "sólo" comiendo. Además, el gran servicio complementa una experiencia digna de ser probada.
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