Parece ser que el concepto smash burger y el de influencer se ha acabado uniendo hasta el extremo, ya sea en forma de colaboraciones, apadrinamientos o, en el mejor de los casos, abriendo locales propios, aprovechando la fama personal ganada a base de vídeos dispares. El ejemplo que esta vez nos ocupa es el de Esttik, uno de esos famosos influyentes que se ganó el favor de muchos millones de followers realizando desafíos de engullir comida en un tiempo mínimo. Sí, el reto no estaba en sus papilas gustativas, sino, más bien, en la capacidad de su gaznate. Y así, tras mudarse a Andorra, como otros muchos, decidió abrir Smash Hiro, un garito que se ha replicado en Barcelona y en Valencia, con una fórmula clara: rollito ochentero y una gran variedad de smash burgers extremas y canónicas.
Nada más entrar, nos emociona esa estética colorida de la época, con alusiones a grandes éxitos cinematográficos como Regreso al futuro o E.T., algo que a la inmensa mayoría de sus seguidores les sonará a clásicos que sucedieron hace mucho mucho tiempo en una galaxia muy lejana, pero que a nosotros nos encanta. El pedido se realiza en la entrada, viendo las pantallas o con un QR en tu móvil. Tenemos un buen puñado de entrantes, smash burgers para todos los gustos y alguna cosa más. Todo con precios habituales para España y el resto del mundo; es decir, que no encontramos ninguna hamburguesa por debajo de los 12 €. Además, por 2.5 € adicionales, tenemos la posibilidad de completar nuestro combo con unas patatas fritas y una bebida. Tras realizar nuestra eleccion, nos dirigimos a nuestra mesa, con un indicador de pedido, a esperar nuestras viandas.
Al rato, ya estaban nosotros nuestras bandejas, muy bien presentadas, con patatitas y dos cajas, en cuyo interior encontraríamos nuestras carnes aplastadas y emparedadas. Nos tenemos que quitar el sombrero con la presentacion, no sólo por el diseño, sino por la forma en la que se abre el packaging y descubrimos nuestras burgers. Toda una experiencia.
Empezamos con la Sweet child o lo que es lo mismo, la versión propia de la archifamosa Emily. Con dos patties finitos y bien costrosos, haciendo gala de una técnica perfecta lazy edge y un Maillard brutal. Regado todo con la salsa Emily de la casa, que no encontramos nada picante y queso blanco y Cheddar. Todo, a simple vista, espectacular.
En boca, esta hamburguesa queda crujiente, aunque algo insípida, ya que, como todos sabréis, una carne smasheada al extremo, como debe ser, renuncia a la profundidad del sabor por un crujiente que, aquí, sí que estaba presente. Además, la salsa, más allá de lubricar la mordida, no aportaba mucho sabor y el queso, cremoso, tampoco se posiciono como protagonista. El resultado es una smash burger como mandan los más puristas, pero que se queda algo distanciada de lo que nos gusta: sabor, notar la calidad y degustar una carne que, sospechamos, era de ternera blanca, más barata y carente de potencia. Además, encontramos un exceso de grasa, propio de una mezcla y/o una conservación un poco sospechosa. Eso sí, el pan, ademas de ser bonito, sale del típico brioche y resulta esponjoso, con un tostado interior uniforme.
Por otro lado tenemos la McFly, con sendos discos de carnaza aplastada, verduras, Cheddar y la salsa que le da nombre. Algo más fresca, gracias a la lechuga y la cebolla, que se llevan todo el protagonismo, pero con las mismas sombras, ya que no encontramos ese punch que nos gusta tener en cada bocado.
Como decimos, tras pagar un extra, tuvimos incluida la bebida y dos raciones de patatas fritas, congeladas y con un aderezo al estilo cajún no picante que se nos hizo un poco empalagoso. Ración justa para acompañar, pero sin grandes alardes.
En definitiva, Smash Hiro brilla con una imagen potente, tanto en su local como en sus burgers, aunque se queda a medio gas en cuanto le hincamos el diente a su mandanga. Como siempre nos gusta decir, probar una hamburguesa es una experiencia que reúne muchos puntos y no podemos tener contenta a la vista e incluso aprobar en el check list de la smash burger perfecta, pero luego quedarnos a medias al probarla. No nos entendáis mal, aquí no se come mal, pero le pediríamos más a las creaciones de uno de los influencers más famoso que tenemos.
PRECIO DESGLOSADO DE LA VISITA
1 SWEET CHILD BURGER: 14 € + 2.5 € DEL COMBO
1 MCFLY BURGER: 13.5 € + 2.5 € DEL COMBO
TOTAL: 32.5 €
Añadir nuevo comentario