En otra de nuestras incursiones por la isla afortunada de Tenerife, aterrizamos en Puerto de la Cruz, un municipioorganizado para el turismo más guiri y playero, pero que esconde puntos de interés hamburguesero como Smash Hub, un pequeño local, regentado por unos italianos muy majos y muy locos por la carne que, en vez de abrir el típico garito de pizzas, se han animado a aplastar carnazas contra una plancha y crear unas maravillas que justifican volar hasta aquí para zampárnoslas.
La carta no puede ocultar sus raíces y podemos encontrar albóindigas o burgers caccio e peppe, pero a lo que vamos, que tenemos hamburguesas básicas, sencillas y llamativas, entre las que destacan combinaciones más arriesgadas como la, cada vez más presente, Lotus o alguna locura más. Todo con precios más propios de la península que de las islas, pero oye, merecen ser pagados para disfrutar como hicimos nosotros.
Como éramos varios y el hambre nos mataba, nos lanzamos a por dos entrantes contundentes. Primero, los Pops de pollo (7.2 €), con un poquito de picante, que siempre alegra. Servidos en una muy buena y generosa ración, cada bolita es súper crujiente y el sabor invade cada rincón de nuestra boca. Originales, cuidados y muy recomendables. Esto sólo empieza y de qué manera.
Como las hamburguesas vienen sin acompañamientos, nos animamos, también por unas patatas fritas, súper caseras, con bacon y cheedar líquido (4.9 €). Ideales para compartir entre varios, el bacon es crujiente hasta el infinito y sin duda, complementan muy bien como entrante o como guarnición.
Y pasamos a las palabras mayores y nunca mejor dicho: la Big Fellas (15.9 €) es una barbaridad de smash burger con dos patties de 180 gramos cada uno, con bien de queso fundido, bacon ahumado mega crunchy y salsa de la casa. Como resultado tenemos un bocado jugoso, con una costra casi perfecta y una contundencia única. No le pedimos más, sólo que no se acabe nunca.
Hacía mucho tiempo que no encontrábamos una combinación tan equilibrada y sabrosa, sobre todo teniendo en cuenta las dimensiones de la misma y que no fue la única burger que se cocinó en la placha al mismo tiempo. Lo que nos lleva a concluir que si se quiere, se puede y que no hay excusas para que las cosas y las costras se hagan bien.
Por otro lado, nos pudimos zampar la Crispy smash bacon (11.9 €). Con muchas similitudes respeto a la anterior, pero con el bacon en chips, crujientito y con dos patties de 90 gramos. Una delicia para los menos osados, pero igualmente ejecutada a la perfección.
La otra afortunada de caer en nuestras fauces fue la Smash bacon jam (11.9 €). Con una mermelada de bacon alucinante, que aporta dulzor y ahumado al conjunto, consiguiendo unos contrastes delirantes.
Quizás el pan sea el único punto más flojo de la experiencia, sin desmerecer. Personalmente, estas burgers serían de otro planeta con panecillo de patata, tipo Martin's, aunque encarezca el producto. Sin duda, la experiencia, que ya ha sido mágica, nos dejaría sin palabras,
Y es que este Smash Hub nos ha conquistado por su concepto callejero, la simpatía de sus creadores, unos auténticos locos de la carne y por unas burgers diferentes entre ellas, originales, sencillas, complicadas y que pueden contentar a propios y extraños. Un spot de referencia en medio de una isla que se ha puesto las pilas en esto de la carne emparedada, con una comptencia feroz, lo que hace que estos italianos se conviertan, por méritos propios, en todo un referente.
Añadir nuevo comentario