Parece que la cosa va de tabernas reconvertidas. Si en nuestro anterior post os hablamos de un mítico del centro con la cara lavada, ahora nos vamos a La Latina para conocer Tapioca o lo que es lo mismo, un brasileño que ocupa el espacio donde antes estaba La Extremeña y que ahora nos ofrece comida típica del país del nuevo dueño en un ambiente que mezcla lo industrial con lo rústico, mientras nos invade un olor a incienso que, a veces, puede resultar demasiado intenso. Además, cuentan con una cava en la parte inferior muy interesante, en la que prometen disfrutar de sus cocktails o infusiones.
Con la carta tuvimos varias sorpresas en una. Para empezar, al consultarla en la web vimos unos precios que no se correspondieron con lo que encontramos en la visita, además de ver más opciones en lo que a hamburguesas se refiere, encontrando unos valores monetarios muy por encima de lo que podríamos esperar en un primer momento y mucho más después de probar sus viandas.
Como veis, precios sorprendentes, por mucho que estemos en La Latina, lo que nos hizo ir directamente a por las burgers, tambien motivado por la impactante transición entre información de la web y física, lo cual es una pena, porque algunos platos sonaban realmente bien.
Empezamos por la hamburguesa Paulista, todo un homenaje a Argentina, con una mayonesa de chimichurri que nos encantó, aunque fuese la única protagonista de cada bocado. Sólo tiene una pega a nivel informativo, no sabemos el tamaño del plato que vamos a degustar.
Con una carne bien cocinada, aunque algo seca, fue una pena no poder profundizar más en sus virtudes porque, como os decimos, la mayonesa se encargó de enmascararlo todo, eso sí, estas caretas sí que nos gustan, porque el sabor a chimichurri nos encanta y la cremosidad de la misma nos dejó con tan buen sabor de boca, que echamos de menos no tener más salsa para mojar las patatas fritas que la acompañaban.
Con la Tapioca ya tuvimos más mala suerte, ya que encontramos una carne muy apelmazada, picada en exceso y pasada de punto, resultando seca y poco cómoda de comer. Afortunadamente, las setas y la salsa con la que iba bañada salvó un poco el desastre.
Lo más curioso de todo fue ver cómo dos hamburguesas cocinadas en el mismo momento y con la cocina totalmente liberada porque, aparte de nosotros, había dos mesas más ocupadas, estaban llevadas a puntos absolutamente diferentes. A lo mejor no fue problema de la cocina...
En cuanto al pan, tuvimos ante nosotros un bollo tipo rústico, fresco y nada duro que, si estaba tostado, era la mínima expresión. Eso sí, aguantó en todo momento, cosa ya de por sí complicada con tantos jugos y salsas de por medio.
Todas bugers vienen acompañadas de patatas fritas cortadas al estilo dipper, o sea, listas para ser mojadas en alguna salsa que en nuestro caso no vimos. Una pena, porque estaban realmete ricas, eran caseras y nos encantaron, aunque echamos de menos algo donde sumergirlas.
En definitiva, a Tapioca todavía le queda mucho camino por recorrer en esto de las hamburgeusas y a pesar del ruido que parece que están haciendo en los medios y Redes Sociales, cometen algunos fallos que se tornan complicados si tenemos en cuenta los precios a los que nos enfrentamos. Cuentan con un local privilegiado y un servicio amable y simpático, aunque a veces nos miraban sorprendidos cuando pedimos, por ejemplo, un café y una infusión. Esperamos que mejoren, porque las calidades no justifican, ni de lejos, el gasto.
PRECIO DESGLOSADO DE LA VISITA
1 BOTELLA DE AGUA PEQUEÑA: 2.5 €
1 CERVEZA: 2.8 €
1 HAMBURGUESA PAULISTA: 11.9 €
1 HAMBURGUESA TAPIOCA: 13.9 €
1 CAFÉ BOMBÓN: 2.5 €
1 TÉ CLÁSICO: 2.5 €
TOTAL: 36.1 €
Añadir nuevo comentario