Nuestras vivencias con Timesburg comenzaron en Barcelona, en uno de sus primeros locales, hasta ese esperado momento en el que decidieron desembarcar en Madrid, concretamente en Avenida de América, por todo lo alto. Su espectacular edificio, con su fino diseño y sus detalles cuidados, ya es un referente en la zona. Casi es lo único que no ha variado de este concepto, ya que, en esta nueva visita, hemos comprobado cómo ya se puede pedir una vez sentados en la mesa, se ha aumentado la oferta hamburguesera y ahora sí, cuentan con un menú del día bastante atractivo, que hizo, ante nuestros ojos, las delicias del resto de comensales.
Con unos precios que, si no nos salimos de las configuraciones de la carta, son bastante ajustados, este menú da un paso más y nos propone varias elecciones estupendas, que podemos modificar a nuestro gusto, con su consiguiente aumento en la factura final. Pero como un día es un día, nos animamos a pedir una Route 66, es decir, una bacon cheeseburger con salsa de la casa, a la que agregamos un disco de carne más por 3.9 €. Sí, es un poco pasarse, pero bueno, esta vez fuimos a jugar.
En total, estamos ante unos nada despreciables 400 gramos (200 cada patty) de ternera a la parrilla, que, aunque podría tener mucho más sabor, no resulta excesivamente sosa en boca. El bacon y el queso, a pesar de estar bien cocinados, también quedan un poco flojos, aunque, en conjunto, todo resulta agradable y se deja comer la mar de bien. Eso sí, el exceso de jugos, una carne tan tierna y una altura tan considerable, hacen que el panecillo no aguante mucho más de un bocado y acabe por desmoronarse. Aunque también hay que decir que no fue el mejor día de este bun con semillas de amapolas, que nos llegó frío en su parte inferior y sin tostar.
La carne, gran protagonista, presenta un picado más grueso de lo que lo recordábamos, haciendo que el punto de cocinado sea casi el solicitado y consiguiendo una ternura única. Quizás esa falta de punch, en lo que a sabor se refiere, nos deje un poco menos encantados de lo que podríamos.
El menú incluía, además de la bebida, sus ya clásicas patatas fritas "de la abuelita", presentadas en muy buena ración, dentro de un bol enorme, que hacen que se conviertan en el complemento perfecto a nuestra hamburguesa. Cortadas en bastones muy finos y estupendamente cocinadas, son ideales para comer solas o siendo remojadas en alguna de las salsas caseras que tendremos en la mesa.
En definitiva, esta revisión del que ya es un clásico por méritos propios, no ha defraudado. Buenos precios, buenas cantidades y calidades a la altura, pero a las que se podría pedir un poquito más. Se nota que han escuchado los comentarios de los clientes y han mejorado bastantes cosas, aunque aún quedan algunos detalles por pulir para convertirse en todo un referente en lo que a hamburguesas se refiere, digno de cualquier top de la ciudad.
PRECIO DEL MENÚ HAMBURGUESERO: 10.95 €
EXTRA DE CARNE: 3.9 €
TOTAL: 14.85 €
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