MEDIAVUELTA FACTORÍA SOCIAL: Hamburguesas en plena Sierra y mucho más

Si de algo podemos estar orgullosos los más carnívoros de la Comunidad es de las carnes que aquí y en los alrededores tenemos, así que, cuando nos llegaron noticias de la existencia de Mediavuelta Factoría Social, no pudimos resistir la tentación de subirnos al burger móvil y lanzarnos a conocer este magnífico lugar.

Situado muy cerca de El Escorial y justo antes de llegar a Valdemorillo, nos encontramos con un concepto que va más allá de la restauración. Y es que en Mediavuelta confluye el arte en forma de grafittis (obra del talentoso Sfhir), que nos acompañan en todo momento por todas las instalaciones, la producción audiovisual (algo que nos encanta por la parte que nos toca) y un lugar donde, aparte de comer, puedes disfrutar de las vistas, tomar algo con los amigos y sentirte como en casa. Lo que es una auténtica factoría social.

Aquí no hay prisa, aquí se viene a disfrutar en su más amplio sentido de la palabra y creednos cuando decimos que las palabras se quedan cortas para describir la experiencia. Y si por fuera el sitio promete, por dentro nos encontramos con un salón enorme, mesas corridas y otras más bajitas, como la que nos tocó a nosotros, con una chimenea. Realmente el lugar está cuidado hasta el más mínimo detalle y el arte urbano más espectacular está presente en cada rincón.

Si a esto le sumamos un personal amable y una carta a la altura de las expectativas, tenemos un lugar en que nos queremos quedar a vivir. Con una barbacoa dentro y otra fuera, para los días de calorcito, la carne es el epicentro de la oferta gastronómica de Mediavuelta, aunque hay más variedad, para que nadie se quede triste.

Viendo las fotos os podréis imaginar lo mucho que nos costó decidirnos por algo en concreto, ya que todo tiene una pinta fantástica. A pesar de ello, nos tiramos directamente a las burgers, aunque nos quedamos con muchas ganas de probar alguno de sus entrantes (aún así, la decisión fue más que correcta). Mientras nos decidíamos y nos dejábamos aconsejar, la casa nos obsequió con unas aceitunas rellenas de queso y rebozadas, una especie de nuggets de oliva que nos dejaron con la boca abierta. Nunca habíamos probado nada igual y el resultado es brillante. Nos declaramos fans absolutos de esta tapa, que viene acompañada con un cacillo de caldo igualmente espectacular. Un buen comienzo, sin duda.

Ante tal propuesta, nuestras expectativas no podían nada más que ir hacia arriba, así que esperamos ansiosos nuestras hamburguesas, cuya carne se pica a diario en cocina, concretamente, una "típica", la número 2, compuesta por jamón serrano y panceta ibérica (sí, carne con más carne, una locura) y otra más "experimental", creada por el Chef Rigo, con virutas de foie y cebolla caramelizada.

Vamos con la primera, la número 2, que decimos más "típica" porque nos comentaron que lleva desde el principio en la carta, con lo que en cocina están más que habituados a hacerla. Decir que también se puede elegir el tipo de pan, la carne y el tamaño de la misma. En este caso nos decidimos por carne de ternera de Ávila de 200 gramos, ya que la otra viene con carne de buey.  

No os mentimos cuando os decimos que el gusto carnívoro es el súmun. Nunca habíamos probado unos ingredientes que casasen tan bien a pesar de su "simplicidad". La carne es espectacular, como no podía ser de otra forma, pero es que lo de la panceta hace que sólo la queramos a ella, un gran sabor que nos robó el corazón y que, junto con el jamón un poco pasado por la sartén, juega mejor que Michael Jordan en sus mejores tiempos. Por sacar algo negativo, decir que el punto de la carne, que siempre nos gusta poco hecha, venía al punto y un poco más, cosa que tampoco nos importó demasiado, porque el sabor es realmente espectacular.

Como os decimos, se puede elegir el pan y en esta burger en concreto nos tiramos a por el de pueblo, blandito y que aguanta a la perfección, dejando todo el protagonismo a las diferentes carnes. Nos viene sin tostar, lo cual siempre nos parece un inconveniente, aunque nos comentaron que es decisión escuchando a la mayoría del público y que si el cliente lo desea, se le puede tostar. Nos encanta que se escuche así a la gente y no se le obligue a comer de la manera que se ordena en el local.

Por otro lado, nos lanzamos a por la sugerencia del Chef Rigo, la Hamburguesa Tipo 1. Cuidado, que aquí sí que hay especificaciones. empezamos con la carne, 200 gramos de buey (vaca vieja), mezclada con pistachos, pasas, queso parmesano, huevo, pan rayado, perejil, sal y pimienta y acompañada por virutas de foie y cebolla caramelizada.

En esta variedad no se puede elegir el punto, ya que la carne lleva tantas cosas que hay que dejar al cocinero que haga su labor. Quizás la presencia de la cebolla es excesiva y resta presencia a una carne en la que el pistacho da un golpe de efecto crunchy muy, muy interesante. Por el contrario, el papel de las virutas de foie es casi testimonial por la misma razón, el dulzor de la cebolla caramelizada. Sin duda, nos quedamos con la opción anterior, aunque nos quitamos el sombrero ante la originalidad de esta segunda burger.

A pesar de esto, el pan en esta hamburguesa sí que nos gustó, ya que es el americano con semillas clásico, pero artesanal, nada de marcas de supermercado, que aguanta perfectamente sin desmoronarse.

Y sí, nos faltan las patatas fritas, tipo gajo, de gran calidad y sabor, ideales para completar el plato y dejarnos realmente satisfechos. Y todo un acierto, también, que los platos hagan referencia a una paleta de pintor, donde la nota de color la dan las salsas en las que mojar las patatas. Nos encantan los detalles y aquí tuvimos para dar y tomar.

Mención aparte tiene la oportunidad que tuvimos de poder maridar estas viandas con un espléndido cava, concretamente un Charmat Brut Platino, que casaba a la perfección con nuestras carnes emparedadas. Todo un acierto.

Y aunque siempre os decimos que no somos de postres, esta vez nos vinimos arriba, ante el catálogo de joyas que se nos presentó y nos animamos a probar el brownie con Toblerone. Para los amantes del chocolate esto es el pecado máximo, un brownie calentito, con un sabor a choco que tira para atrás y una cantidad de triángulos de Toblerone que es para morirse. Si no es por el helado, que nos pareció bastante normalito, podríamos hablar de uno de los postres más contundentes y ricos que hemos probado nunca.

En definitiva, visitar Mediavuelta Factoría Social es mucho más que comer hamburguesas. Aquí tenemos una oferta gastronómica única, con unos precios bastante adecuados para lo que es el local y todo lo que podemos hacer en nuestra velada. Con un equipo a la altura, una carta infinita y un local verdaderamente espectacular y que merece la pena acercarse sólo paa verlo. Aquí sí que podemos afirmar que hay mucho más que comida, aunque hemos de confesar que con las burgers nos han robado el corazón y están por encima de las expectativas que tenemos. Así que, ahora que llega el buen tiempo, no hay excusas para subirse al coche y acercarse a degustar una carne espectacular con unas vistas aún mejores y donde pasarán las horas sin que os deis cuenta. Experiencia totalmente recomendable.

PRECIO DESGLOSADO DE LA VISITA:

1 BOTELLA DE CAVA: 10 €

1 HAMBURGUESA Nº 2 (200 GR.): 11 €

1 HAMBURGUESA DEL CHEF RIGA TIPO 1 (200 GR.): 15 €

1 BROWNIE DE TOBLERONE: 10 €

TOTAL: 46 €