Nos encanta eso de ir a un local y que sea mucho más que comer una hamburguesa, aunque, ojo, no hay que olvidarse de que, como clientes, la manduca siempre va a ser lo prioritario, pero oye, si el garito es cuqui, te alegra la vista y tienes la sensación de no estar en el típico sitio reciclado, abierto con prisas y descuidado, pues mejor que mejor. Y esa es la sensación que tuvimos al llegar a Black Turtle, con diferentes y diversas ubicaciones a lo largo del mapa de nuestro país y unas redes sociales realmente impactantes. El rollito industrial y los neones están en todos los sitios a los que miramos y la comodidad se deja notar.
En la carta tenemos un poquito de todo, en lo que se refiere a entrantes y unas cuantas hamburguesas muy, muy apetecibles, con las opciones de elección de pan (brioche o rústico), el acompañamiento (patatas fritas o boniato, por un extra) o carne de vacuno o dry aged. Además de wraps, ensaladas, batidos, etc. Todo con precios al límite, pero adecuados.
Así que nos dispusimos a calentar con la elección de unos aros de cebolla maravillosos. Bien crujientes y llenos de sabor, al menos en lo que se refiere al rebozado, porque el interior, o sea, la cebolla, aunque jugosa, no llegó a impactar en nuestras papilas gustativas. Un entrante notable, acompañado de sendas salsas para ser remojados.
Tras esto, pasamos a la carnaza emparedada, empezando con la Goldenn Burger, que pedimos con vacuno "normal" y que incluye bacon crujiente (muy crujiente), queso, salsa y las clásicas verduras. Se trata de una combinación muy equilibrada, que se nota ya en la vista y que sólo tiene un "pero": la carne. Y es que no nos cansamos de decir que el patty es el protagonista de toda hamburguesa y por eso tiene que impactarnos al primer bocado, cosa que no se consigue aquí y en su lugar obtenemos un mordisco grasoso y carente de sabor, tirando a soso.
Otra de las cosas que nos dejaron un poco fríos fue el punto de la misma carnaza, ya que, aunque lo solicitamos bajo, nos llegó medio, por lo que esa carencia de sabor se hizo aún más evidente. Sí, no nos cansaremos de alabar la importancia de una buena materia prima, pero también de su cuidado y su tratamiento en cocina y aquí, ese apartado falla.
Por otro lado, tenemos la American Burger, con el añadido de que, esta vez, la carne sería dry aged, para comprobar si esta moda que nos está inundando de la carnaza madurada merece tanto la pena. Volvemos a estar ante un plato sin reproches, todo, el bacon, el queso, la mayo tuneada, está perfecto, pero llega la carnaza y vuelve a presentar un exceso de grasa, que se nota en boca y no se agradece. El sabor de la misma aumenta y se nota esa maduración, aunque le pediríamos, igual que en su versión más regular, un par de puntos de potencia.
En cuanto al panecillo, no nos la jugamos y fuimos, en ambos casos, a por el brioche, muy bien tostado en plancha y fresco, demostrando que aquí todo está a la altura, menos nuestra amiga la carne.
Como os hemos dicho, tenemos dos opciones para acompañar nuestros platos, las patatas fritas, que es de lo mejor, con diferencia de la visita y los boniatos. Las primeras, súper crujientes, en buena ración y espectaculares. Nos enamoramos hasta las trancas de ellas, haciendo que la batata quede ensombrecida (a pesar de llevar implícito un recargo extra) que, aunque correctos, no sorpenden tanto como sus hermanas tubérculas.
En definitiva, esta visita a Black Turte nos ha encantado, con buen servicio, un local estupendo y una comida bien propuesta. La lástima es la carne, que nos deja pensando en qué sería de estas hamburguesas con algo más de rock and roll. Ya os lo decimos nosotros: serían sublimes.
PRECIO DESGLOSADO DE LA VISITA
2 CERVEZAS: 5.25 €
1 AROS DE CEBOLLA: 7.95 €
1 AMERICAN BURGER: 12.45 € (INCLUYE EXTRa de 1 € POR BONIATOS Y 1.5 € POR DRY AGED)
1 GOLDEN BURGER: 11.5 €
Comentarios
Dirección mal
¡Muchas gracias!
Hola Ramón.
Muchas gracias por la corrección. A veces nos patinan los dedos más de la cuenta.
Saludos
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