Madrid se está llenando de locales hamburgueseros pero cuando parece que no hay sitio para uno más, descubrimos una nueva apertura. Bien es cierto que parecía que el sector fast food no tenía mucho más recorrido, tras llevarnos una alegría y alguna que otra decepción, pero aquí están los venezolanos de Burger Shack, con su local minimalista y y esas opciones de comida rápida que resaltan nada más entrar al establecimiento.
De comida, más o menos lo de siempre: hamburgeusas, entrantes, postres. etc., con posibilidad de hacer menús y ofertas de lanzamiento como la del número 3, con una cheeseburger incluida con la hamburguesa de la casa. Los precios no están mal, aunque si somos conscientes del concepto en el que estamos, tampoco son baratos, por mucho refill que se nos incluya.
Como os hemos adelantado, en esta primera visita nos animamos a probar la hamburguesa de la casa, que en su versión original se llama como el restaurante y que contiene carne, croqueta de queso fundido y en nuestro caso, bacon y cebolleta, lo que le confería un sabor excesivamente salado, que fue el culpable de que no pudiésemos disfrutar tanto como nos habría gustado.
Repetimos que estamos ante un concepto de comida rápida puro y duro, por lo que la exigencia tiene que ir en consonancia. Aun así, nos encontramos con un patty finito y por lo tanto, pasado de punto, aunque nos confesaron que es lo que más les está costando de dominar en sus primeros días. Pero lo peor es el exceso de salado que invade cada bocado; eso sí, la croqueta de queso fundido aporta un toque original y aunque en cuestión de sabor no nos emocionó, siempre es agradable encontrar muestras interesantes en nuestra querida hamburguesa.
Junto con nuestro menú, pudimos probar la cheeseburger, con el mismo problema que la anterior, es decir, lo salado ataca a nuestras papilas y el gusto por disfrutarla se hace complicado. Además, las patatas fritas son congeladas y nos las encontramos igualmente pasadas, que tampoco es muy esperanzador.
Eso sí, lo mejor es el panecillo, hecho con patata, es esponjoso y rico, al estilo de nuestro añorado por estos lares Shake shack y encima viene bien tostadito con mantequilla. Aquí sí que consiguen sacarnos una sonrisa de satisfacción.
En definitiva y aunque Burger Shack lleva poquito tiempo abierto, parece que necesita algo más que paciencia en una ciudad donde el nivel de la hamburguesa es casi tan alto como el de la exigencia de los clientes y encima le toca "sufrir" la competencia de algunos que lo hacen muy bien en el mismo concepto que estos. Permaneceremos atentos a las mejoras y evoluciones de estos chicos tan amables y de sus burgers, que, creemos, necesitan un punto más en general para triunfar como desean.
PRECIO DEL MENÚ HAMBURGUESERO: 12.9 €
Comentarios
Mensaje de última hora.
Añadir nuevo comentario