La historia de este pequeño restaurante es, sin duda, curiosa y es que su dueña, Marianne Isabel Job, quiso hacer homenaje al festival de música que se celebra cada año en Veguellina de Órbigo en León (el Carmencita Festival) y a sus raíces estadounidenses combinando ambas influencias en la carta. De esta manera, podemos encontrarnos con una variedad de ensaladas (8€), tostas (5,50€), bocadillos (6€) y raciones para compartir (6,50€-11€) que combinan lo mejorcito de la cocina española y leonesa, como la cecina y la morcilla de León, con un brunch al más puro estilo americano (del que sólo leemos bondades) y una genial selección de hamburguesas, de las que dimos buena cuenta.
La Gregorio's Burger, no nos digáis que no es bonita con esa yema a punto de explotar.
Es una pena que en el caso de la Gregorio's, al aplastarla un poco, la carne no mantuviese su forma y costase un poco comérsela. No sabemos si fue por la salsa o por el huevo pero únicamente nos pasó en esta hamburguesa y no en el resto...
El resto de adictos a las hamburguesas optaron por la Foothills (con champis y cebolla caramelizada), la Steffy's (rúcula, tomate, manchego y mayonesa), la MasQueSea (con cheddar, lechuga, tomate y mayonesa, a la que Ana añadió aguacate) y la que estamos deseando para volver a probar: la Bobo Burger con queso azul, lechuga, mayonesa y un bacon que, juzguen ustedes mismos, es de vicio.
De izquierda a derecha: MasQueSea, Foothills, Steffy's y Bobo Burger.
Aunque no se indica nada en la carta, decidimos investigar el tamaño de la carne, ya que lo vimos bastante generoso, y nos dijeron que normalmente ésta ronda los 190 gramos. Sinceramente, nos parece un tamaño más que correcto para una cena porque, además, como veréis en las fotos, en algunas de las hamburguesas la cantidad del resto de los ingredientes es generosa y estamos seguros que dejan calmados hasta a los estómagos más inquietos. Aún así, es una pena que no tengan la posibilidad de aumentar el tamaño para el más ansioso de carne.
El sabor del panecillo de las hamburguesas nos gustó mucho y, suponemos que en parte por venir bien tostadito, aguantó hasta el último bocado incluso de la hamburguesa más difícil porque a la carne de la Gregorio's Burger le costó mantenerse en su forma.
Por otro lado, aquí nos quitamos el sombrero con las patatas fritas. Amigos, cada día encontramos sitios que se superan y es el caso de las patatas caseras de las hamburguesas del Carmencita. ¡Qué tremendas están! perfectamente salpimentadas, crujientes, originales, ¡lo tienen todo! así que, por mucho que estéis a dieta (que sí, que sabemos que estáis en operación bikini), no pidáis la ensalada...
Las calles de Madrid no dejan de sorprendernos en cada esquina y eso es lo que ha hecho Carmencita Bar con sus hamburguesas y sus buenísimos precios en pleno barrio de Malasaña. No es la mejor hamburguesa de Madrid pero la combinación americano-leonesa, unos postres de escándalo, un servicio muy atento y majo (aunque a veces peca de ser muy lento) y un brunch que nos dicen que "quita el sentío" por 14€ son las razones por las que creemos que este simpático rincón lleva triunfando años en esta zona de la Capital y por las que seguirá haciéndolo.
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Acabo de descubir vuestra Web
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