El origen de la hamburguesa está en Hamburgo, con esas carnes que se enviaban desde su puerto hasta el Nuevo mundo, concretamente a Nueva York, donde se les ocurrió ponerla entre dos panes, hasta llegar a lo que conocemos hoy. Más allá de eso, el concepto original siempre fue de comida informal, algo que consumir rápidamente, en la calle. Vamos, un sándwich de carne procedente de la vieja Europa. Y ese es el estilo que nos gusta: sencillez, buenos ingredientes y facilidad a la hora de comer. Pues bien, en Getafe encontramos It's a hood, un pequeño local que nos llega de los amigos de La nave, en el que la eleccion es muy simple: una burger con uno, dos o tres patties. No hay más. Una única hamburguesa, con una única receta y a disfrutar. Eso sí, nos chivaron que van a meter más ingredientes, para que podamos personalizar un poquito más, pero vamos, que este rollito de carne, queso y salsa, ya nos enamoró desde sus inicios. De hecho, en el momento de escribir esta review, han lanzado la Big hood, con el bacon como estrella, ademas de añadir a sus propuestas las alitas de pollo y alguna cosa más que irán contándonos.
Como esta vuelta a los básicos es toda una declaración de intenciones, el espacio donde disfrutar de nuestra comanda no podía ser menos. Un salón blanco, con varias mesas y papeleras, presidido por una barra en la que hacer el pedido. No hay mucho más y tampoco hace falta.
Hechas las presentaciones, vamos con la mandanga. Aprovechamos el menú que ofrecen, que incluye patatas fritas normales o picantes, bebida y una hamburguesa con dos discos de carnaza. Todo ello por 14.95 €. Al realizar el pedido, nos dan un avisador que nos notificará cuando nuestra comida esté lista. Al iluminarse, recibimos una bolsa, como si todo fuera para llevar, en la que encontramos un vaso con las patatitas, congeladas, eso sí, pero ricas y bien sazonadas. Además, tenemos una bola de papel en cuyo interior va nuestra amadísima burger.
Se trata de la variedad californaniana (por favor, dejemos lo de fat smash a un lado, porque es un término horroroso), es decir, los patties son gorditos, pero sin llegar al grosor de las clásicas hamburguesas. Para que os hagáis una idea, los discos son como los hacen en Five Guys. ¿Hace falta que os digamos más sobre por qué nos hemos enamorado?
La carne de Norteños, muy bien cocinada y jugosa, plena de sabor, con ese queso fundido a las mil maravillas y la salsa burger que lo riega todo para hacer aún más cremoso el conjunto, son una maravilla desde el primer bocado, haciendo que se nos hiciese muy pequeña, ya que la devoramos. El pan, ademas, bien tostado, aguanta la cantidad de jugos y aunque es un poco más dulce de lo que nos gustaría, cumple.
Estamos ante una joya de la sencillez, que demuestra que no hay que hacer locuras para satisfacer al personal. Una extravagancia en los tiempos que corren, que agradecemos, sin lugar a dudas.
Como acompañamiento, tenemos una ración justa de patatas fritas congeladas, con un sazonado al estilo cajún que no pica en exceso, pero que hacen que, a pesar de preferir un producto más natural, puedan ser degustadas con placer.
En definitiva, It's a hood supone un regreso a los básicos más básico que iluminan un panorama hamburguesero en el sur de Madrid muy necesario, ya que la expansion de nuestro idolatrado plato conlleva, en ocasiones, mezclas que se alejan del concepto hamburguesero original y aquí, con buen hacer e ingredientes de calidad, nos ofrecen una experiencia que nos transporta a los orígenes más allá del Océano Atlántico.
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