La Vaca ha evolucionado y no, no hablamos de un pokémon, sino de la clásica Vaca Argentina, que ahora ha dejado atrás su "nacionalidad" para convertirse en un restaurante donde degustar carnes del mundo, conservando el sello de calidad que le ha acompañado durante todos estos años, pero adaptándose a los tiempos que corren. Antes, cada local tenía una personalidad propia, con su especial decoración y marca de estilo, pero ahora da igual donde vayamos, que encontraremos las mismas maderas, mesas y resto de parafernalia. Como siempre, esta acción tendrá el mismo número de partidarios que de detractores y aunque a nosotros nos gusta, no podemos echar de menos el estilo de algunos de sus emplazamientos más míticos.
En cuanto a la carta, apreciamos grandes cambios, con cortes internacionales que, seguro, provocarán más de un suspiro de placer y donde las hamburguesas tienen un un apartado sólo para ellas. En forma de tablilla, se nos presentan las tres opciones que ha diseñado el chef Paco Pérez, que regenta Miramar y otros varios lugares que atesoran Estrellas Michelín, pero en lo que a nosotros respecta, su importancia también reside en La Royale, hamburguesería de autor que estamos deseando probar. Dicho esto, hemos de decir que nos sorpende que haya sólo tres opciones hamburgueseras, pero lo que más nos llama la atención es que todas cuestan lo mismo, da igual si la queremos de estilo kebab, de vaca añeja o de cerdo, tendremos que soltar 16.5 € para probarlas.
Previamente a la sesión carnívora, nos animamos a probar las dos variedades de croquetas que encontramos en la carta, una de rabo de toro y otra de Cabrales, con resultados dispares. En el caso de la primera y obviando una imagen que nos pareció adecuada, encontramos una bechamel suave, con un sabor a guiso que nos gustó, pero que se queda un poco corta en cuestión de potencia de sabor. Todo lo contrario pasa con la del famoso queso asturiano, que impacta de lleno en nuestras papilas y pide a gritos un culín de sidra.
Antes de ponernos con nuestra burger, pedimos un corte lomo de Black Angus, presentado de forma exquisita, aunque flojo en su sabor a ahumado de parrilla de carbón (de los sarmientos que se supone, que aromatizan, ni hablamos). Un plato correcto, aunque no produjo en nosotros el estallido de emoción que esperábamos. Eso sí, el punto de cocción era el adecuado.
Y ahora sí, llega nuestra querida amiga, la hamburguesa Traveller que, según la carta, nos ofrece un viaje de sabores del mundo a través de sus especias y cítricos , pero que se queda en una cara de dolor provocada por el limón que lleva, que se come absolutamente todo el gusto del plato. Además, la carne, que nos comentan que es de vaca añeja europea, nos deja con un aspecto algo desolador, con una plaidez excesiva que, esperemos, sea debido a la raza y no a un problema de oxidación de la misma.
Nos tenemos que rendir ante la presentación, no puede quedar más pintona, pero a la hora de dar el primer bocado, vemos una falta de sabor impresionante, donde, como decimos, el cítrico se lleva toda nuestra atención, a excepción de la remolacha, presente, además de en el pan, en el interior y de forma abundante. Sólo se salva del conjunto la mostaza casera, muy equilibrada y que hace que remojar antes de morder sea todo un ritual.
El pan, como decimos, puede ser llamativo por ese color rojo propio de la remolacha, pero no deja de aportar mucho más que aspecto visual. No está tostado y casi no se saborea. En resumen, muy bonito para hacer fotos, pero muy poco práctico a la hora de degustarlo.
Pocas cosas podemos salvar de una hamburguesa que ofrece mucho más de lo que da y que encuentra en la mostaza su único aliado para no convertirse en una decepción. Esa carne, que no dudamos que sea espectacular, nos dijo más bien poco y al ser tan "albina", nos deja con la impresión, también, de que no está bien cocinada.
Como acompañamiento, tenemos lo que ellos llaman "patatas mini" o lo que es lo mismo, una especie papas canarias, asadas y en muy buena ración, que hacen que nos olvidemos momentáneamente del plato al que sirven como guarnición.
En definitiva, vimos muchos cambios en La Vaca, tanto formales como de fondo, con una decoración cuidada y el ambiente de siempre acompañando a unos productos que, si bien tienen mucha calidad sobre el papel, acaban dejándonos un poco fríos. En lo referente a hamburguesas, esperamos y deseamos que se trate de un golpe de mala suerte, porque pagar lo que pagamos por ella y que nos deje con esa sensación de desasosiego no es bueno. Pero todo sea dicho, alabamos el esfuerzo y las ideas locas, que estamos seguros, triunfarán con el tiempo, cuando se adapten y tengan un poco más de recorrido.
PRECIO DESGLOSADO DE LA VISITA
ZUMO DE TOMATE: 2.65 €
BOTELLA DE AGUA 1 LITRO: 3.5 €
2 CROQUETAS: 5.9 €
1 LOMO BLACK ANGUS: 19.9 €
1 EXTRA DE PATATAS MINI: 2.5 €
1 HAMBURGUESA TRAVELLER: 16.5 €
TOTAL: 52.5 €
Comentarios
y mas y mas
Pues yo veo el color de ese
Añadir nuevo comentario