En aquella visita que hicimos al Mercado de San Antón, donde hicimos la compra para preparar nuestra hamburguesa casera más contundente hasta la fecha, no quisimos pasar la oportunidad de llenar la cesta con otros ingredientes más sofisticados para llevar a cabo otra creación, esta vez con tintes franceses.
Para ello y dispuestos a aunar sabores salados con pinceladas dulces, nos atrevimos comprando un estupendo confit de pato en Charcutería Octavio, unas hamburguesas de ternera en Hamburguesa Nostra y unas chalotas, zanahorias y un poco de rúcula, en La flor de San Antón, para redondear la receta que teníamos en mente. Además, del puesto hamburguesero, también nos llevamos pan de tomate y una salsa de miel mostaza que le iba a la perfección.
El confit de pato, como manjar de dioses que es, quería llevarse todo el protagonismo, pero conseguimos reducirlo dando pequeños matices, amargos y dulces, gracias al resto de ingredientes. Y, por si fuera poco, redondeamos la receta con unos bastones de batata que resultaban muy acordes con el resto de productos gourmet. Enunciados los pocos pero exquisitos ingredientes, ¿qué os parece si os hacemos la lista completa? Allá vamos.
Ingredientes para dos hamburguesas:
1 Confit de pato ya preparado
2 Hamburguesas de ternera Raza Nostra
4 Chalotas
Varias hojas de rúcula
2 Panes de hamburguesa de tomate
Salsa miel y mostaza
1 Batata grande
1 Botella de sidra
½ Sandía
Pocas complicaciones para una hamburguesa deliciosa, donde lo que prevalece es el producto. Así mismo una preparación de lo más sencilla. Comenzamos pelando y cortando por la mitad las chalotas, las cuales ponemos en un cazo a confitarse junto con mantequilla, sal y pimienta al gusto, cuando empiezan a dorarse, incorporamos un vaso de sidra, nuestro ingrediente hasta ahora secreto.
Mientras las chalotas van confitándose y soltando sus propios azúcares, dejamos preparado el resto de ingredientes. Cortamos la batata en bastones y desmenuzamos el confit de pato. Pasados unos veinte minutos, cuando vemos que las chalotas están en su punto de confitado perfecto, tienen que quedar transparentes y muy blanditas, es el momento de freír la batata (cuidado porque su fritura es más rápida que la de las patatas convencionales), y de calentar la plancha para hacer nuestras burgers.
Cortamos y tostamos el pan junto a las hamburguesas, si cabe todo en la plancha mucho mejor y nos disponemos a montar nuestra creación una vez tenemos ya todo preparado. Ponemos en la base un poco de rúcula, salseamos con miel y mostaza, añadimos la carne, salseamos de nuevo, colocamos el confit de pato, coronamos con chalotas y voilá, todos los sentidos esperando para experimentar un bocado muy gourmet en nuestra casa.
Pero aún nos falta la bebida, como no nos gusta tirar nada y ya que teníamos una sandía fresquita en la nevera, nada mejor que preparar un pseudo granizado con hielo picadito, la sidra que nos había sobrado de confitar las chalotas y la fruta por excelencia del verano. Unos golpes en la batidora americana y a servir rápido junto con nuestra hamburguesa.
Como decíamos, una receta en su conjunto ideal para obtener diferentes sabores, muy especial por ese confit de pato, pero muy compensada gracias al amargo de la rúcula, el punto dulce de las chalotas con la sidra y ese toque también picante gracias a la mostaza de la salsa, que a su vez se acompañaba muy bien con el ácido del pan de tomate.
Sin lugar a dudas, una combinación que os recomendamos hacer en casa, donde gracias al resto de ingredientes también gourmet, se consigue que estén a la altura del confit y donde comer ambas carnes en un solo bocado, se torna en una maravillosa experiencia en casa. Oh la la...
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