Esto de las smash burgers en una locura, ¡y a nosotros nos encanta! Parece que esta moda no tiene techo y los locales se afanan para no quedarse atrás y subirse a un carro que, parece, pronto será una burbuja en forma de pan, carne aplastada y con costra, queso y poco más. Pero, ¿cómo se puede ser original con una combinación de ingredientes tan sencilla? Pues ofreciendo experiencias diferentes, ya sea en forma de dark kitchen exclusiva o como hace Pink's, el nuevo descubrimiento en Madrid, que propone unas hamburguesas ultra smash (odiamos este término y no lo aceptamos), en un local pequeño y hasta fin de existencias. Sí, habéis oído bien, cuando se acaban las 100 carnes por servicio, aquí se cierra. Además, al más puro estilo norteamericano, vienes, haces cola (no si tienes suerte) y te llevas tu burger para comértela donde quieras. No hay mesas, no hay asientos y casi no hay opciones. De hecho, únicamente se ofrece una sola burger, doble, con queso, pepinillos, cebolla picada y ketchuo y mostaza, que nos costará 8 €; además de unas patatas fritas sazonadas al estilo cajún (o algo así), que se pueden bañar en salsas, que salen por 3 €. No hay más. Bueno, sí, alguna que otra bebida, pero eso lo dejamos para otro día.
Y no hace falta añadir extras, ya que es un local de especialidad, como si se tratase de Five Guys, que demuestra que la fórmula de una sola hamburguesa, aunque con ellos puedes elegir los toppings, funciona y lo hace muy bien. Con dos planchas, podemos observar cómo nuestras elecciones son aplastadas y comienzan a caramelizarse, mientras los panes que abrazarán los dos patties se tuestan, para, después, añadirles las salsas, la cebollita picada y los pepinillos y recibir esos dos discos de carne bien aplastada y su ración doble de queso. Y aquí está la clave, en el queso, americano, cremoso y delicioso, que hace que todo se fusione a la perfección en nuestra boca y disfrutemos a cada bocado.
Pero si siempre hablamos de la carne como protagonista de una buena hamburguesa, aquí no podía ser menos, a pesar de que opinemos que la maduración en seco no es para una hamburguesa y menos para una smash, aquí encontramos un buen sabor y es jugosa, producto también de su excelente cocinado y aunque, en nuestro caso, el Maillard no era el que exigimos en una una smash, está al límite de que se quede en dos discos cocidos en una plancha.
Abrazando este platillo volante carnívoro tenemos el famoso pan Martin's, suave, esponjoso y que nunca defrauda. Bien tostadito, que hace que no tengamos sensación de pesadez en el momento de la cata ni horas después.
También pudimos probar las patatas fritas, correctas, sin ningún elemento que nos alucinase, como es el caso de las que hacen los cinco colegas que hemos comentado más arriba. Cumplen su función, aunque tampoco mejoran en experiencia con las salsas de la famosa marca Espicy. Acompañan, pero no brillan ante unas burgers que sí que lo hacen.
RESUMEN PERFECTO
Todo esto da como resultado un bocado agradable, que recuerda al fast food de toda la vida, objetivo fundamental en hamburguesas cocinadas con esta técnica y con un quesazo que brilla con luz propia. Comprendemos que no es lo mismo preparar en casa una o dos hamburguesas de este estilo y que hacer muchas seguidas puede hacer que no todas sean smash perfectas, por eso, aunque esperábamos más de un concepto que nos alucina y que estas aplastadas nos volasen la cabeza, están correctas, quizás por encima de casi todas las que hemos ido probando desde que explotó esto de las burgers smasheadas y probablemente, sean dignas de repetir, aunque no las catalogamos dentro de nuestros antojos hamburgueseros, al menos de momento.
Comentarios
Franquicia
Tengo local libre por si quieren abrir su negocio en mi pueblo.
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