Parecía que la moda de las smash burgers se había convertido en eso, una moda. Pero, de repente, en una ruta hamburguesera, improvisada, por la capital, comes dos, en especial, una, que te hacen recuperar la esperanza. Si aún no sabes lo que son este tipo de hamburguesas, puedes echar un vistazo al anterior artículo dónde hablo de ellas y te descubro unas pocas en España, a las que, claramente, habría que añadir las que os comento a continuación.
Lo que yo busco en una buena hamburguesa smasheada es que la carne quede finita, pero jugosa, con una costra caramelizada que predomine, que tenga un buen queso americano que lubrique todo el bocado y pequeños ingredientes como unas rodajas de pepinillo, cebollita picada en brunoise, con algún aderezo y abrazada por un pan que no invada y que se apelmace creando un sándwich de carne perfecto, nada más. Estas conforman el concepto de hamburguesa más clásico, que más me gusta y que aprovecho este espacio para reivindicar y para darle el valor que creo se merecen en un mundo hamburguesero donde predomina el concepto gourmet.
Todas esas líneas describen a la perfección la hamburguesa de Burger Jazz, una cocina a ciegas en la que puedes pedir y recoger tu pedido in situ o comprar mediante delivery, situada en la Calle Modesto Lafuente 64. La tenía fichada de ante mano, pensando que sería uno más en en surfear la ola del smash y tremenda sorpresa acabó siendo. Una hamburguesa simple, con aires de fast food, que cumplía con todas las bases que tengo en cuanto a gustos personales y que ya he mencionado. Pero no basta solo con eso y es que les saco a la palestra, con una sonrisa de oreja a oreja, porque hacen el smash como debe ser, incluso llegando a rozar lo que algunos denominan como ultrasmash por su extrema finura. El bocado fue increíble, la devoramos en segundos. Todos los presentes nos miramos con cara de ésta es la buena, sabiendo que por fin encontramos aquello que llevábamos tiempo buscando, demandando y por lo que algunos nos llaman puristas.
Si bien es cierto, no todo es oro lo que reluce porque encontramos la carne algo seca y una de las cuatro que pedimos no salió con esa película tan caramelizada como el resto, pero cuando una de cuatro no sale bien ahí no se puede reprochar nada y simplemente llamarlo mala suerte. Si corrigen esos detalles, podemos estar ante una de las más top de Madrid.
La otra hamburguesería de la que quiero hablar es de La Prensa. Ellos tienen un concepto de smashed burger totalmente distinto al anterior con toques brasileños haciendo honor a sus raíces. En la carta seis hamburguesas de carne sencillas, ocho si contamos la vegana y la recién añadida de pollo, sin pretensiones, básicas, únicamente con la salsa de queso que corresponda a cada una. Y es que, según nos contaron y pudimos apreciar, el queso es la magia de este lugar, el cual mezclan con el topping de la hamburguesa en cuestión y sirven totalmente derretido llegando a lo líquido. Dos discos de 70 gramos que, por suerte, a nosotros salieron perfectamente caramelizados y un pan brioche, nada dulce, como una nube de esponjoso. Además de poder disfrutar de su hamburguesa descubrimos a Danilo, el dueño del local, una persona que sabe perfectamente el producto que quiere ofrecer, cómo ha de hacerse y cómo ha de salir al comensal. Da gusto cuando ves a dueños que comparten tu misma pasión, aman a la hamburguesa y lo saben transmitir. Muy agradecido porque aparte de comer una buena burger, compartir pensamientos sobre el mundo de la hamburguesa sumó a la experiencia global.
En resumen, dos muy buenas, y opuestas, opciones madrileñas para degustar de un buen smash. Esto no acaba aquí y es que seguiré poniendo mi empeño en buscar aquellas que merezcan la pena. Todo bajo mi punto de vista, mi opinión, yo no soy nadie, tan solo un tipo al que le encantan las burgers, que las disfruta y que quiere dar el espacio que merece a este estilo de hamburguesas.
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BUENISIMA RESEÑA
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