Casi todo el mundo ha vuelto a Madrid, aunque algunos pocos afortunados se pueden escapar. Sabemos que no es plato de buen gusto cambiar la playa o la montaña, los chopitos, las cervecitas, etc, por el tupper, el tiempo medido para comer y todo eso que hace que ya estemos pensando en las vacaciones del año que viene. Por eso, como amamos a nuestros hamburgueseros, os vamos a proponer unos cuantos bocados para que este regreso a la rutina sea, al menos un poco más sabroso. Algunos son viejos conocidos, otros son nuevos, pero todos tienen algo en común, babeamos sólo con pensar en ellos. ¡Buen provecho!
Un valor seguro, ya sea en Las Tablas, Sanchinarro o en pleno Madrid. Sus carnazazas al carbón y sus salsas súper sabrosas harán que salgas con una sonrisa y te olvides del jefe. Prometido.
Nuestro último descubrimiento tiene forma de puesto de mercado, concretamente el de Chamberí y nos recibe con una parrilla de brasas donde se cocinan unas carnes de las que nos enamoramos mucho antes de que toquen el plato.
Humilde, recogido y casi escondido. Así este local que nos ofrece unos menús espectaculares y unos platos llenos de humo y buen hacer. Hay que aprovechar, que todavía no se llena, pero poco tardará en correrse la voz.
Desconocida par muchos, esta parrilla nos trae a la mesa unas hamburguesas con el punto ideal, buen aroma a barbacoa y combinaciones estupendas para disfrutar sin distraernos con sabores superfluos.
Si el ruido de la gran ciudad te está matando, hazte una escapadita a este restaurante americano para gozarlo con la materia prima que ellos mismos controlan y date el gustazo de zamparte un hamburguesote con pan y un poquito de cebolla. Vas a flipar con ese sabor a buey.
El imperio gocho crece y ahora que tienen dos locales, no sabemos a cuál ir, pero tenemos una cosa clara: la mejor terapia carnívora consiste en sentarse y pedir una Trinidad. Lo que venga después da igual.
Esperamos que hayamos podido aportar nuestro granito de arena para que paséis la vuelta de las vacaciones un poquito mejor a base de hamburguesas que no sólo se quedan en nuestros corazones carnívoros, sino también en nuestras cabezas, pensando y pensando en cuándo volveremos a hincarles el diente.
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Jodeeer
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